En 1966, Clint Eastwood no estaba pasando por su mejor momento. Sus dos últimas películas (Por un puñado de dólares y La muerte tenía un precio) no se habían estrenado en Estados Unidos, y Rawhide (conocida en España como Látigo o Cuero Crudo), la serie que protagonizaba, había terminado después de 217 episodios. Pero, por mucho que no tuviera trabajo y nadie pareciera conocerle en su país, aún tuvo que pensarse la oferta de Sergio Leone para protagonizar El bueno, el feo y el malo. Al final, se llevó 250.000 dólares y un 10% del beneficio en taquilla. Leone se enfadó tanto que nunca volvió a colaborar con él.
El bueno, el feo, el gazapo
Todos sabemos que El bueno, el feo y el malo se rodó en Almería, pero no solemos caer que por aquel entonces España estaba cerrada en una dictadura. ¿Cómo es posible que permitiera esto? Bueno, el propio Eastwood lo resumió diciendo que solo les importaba si estabas haciendo una historia sobre españoles y sobre España: si era un western en el que se supone que estaban en el sur de Estados Unidos o en México, no les importaba lo más mínimo. Y ese es el motivo por el que ahora mismo puedes visitar el cementerio de Sad Hill donde menos lo esperas.
Y además, un español tuvo un cameo increíble en la película... que probablemente a Leone no le hizo ninguna gracia. Si pausas El bueno, el feo y el malo en las dos horas y 28 minutos, verás pasar, a la derecha de Eastwood, un coche español pasando por aquellas carreteras, cuyo ocupante, probablemente, se estaría preguntando qué hacían esas cámaras en Almería. De alguna manera, llegó al montaje final, aunque bien es cierto que hay que tener un ojo de águila para verlo.
Leone, pese a sus desavenencias con Eastwood, aún quiso colaborar una vez más con él: fue a América para entregarle personalmente el guion de Hasta que llegó su hora, pero el actor lo rechazó y recayó en Charles Bronson. Tiempo después, el director acabaría llamando a las actuaciones del actor "un bloque de mármol". Solo hay amor en el Oeste.