Cuando Robert Zemeckis estaba preparando Regreso al futuro, tuvo que pensar, de manera inevitable, en el product placement. Al fin y al cabo, una de las maneras de mostrar el paso del tiempo es con el cambio de las marcas y los logotipos entre décadas. El problema es que se les fue de las manos y Universal Studios creó un departamento exclusivamente para el product placement sin que él tuviera nada que decir al respecto. Bob Gale, el co-guionista, dijo, tiempo después, que había aprendido algo: "No hacer nunca product placement, es como que tienes otro productor". Y sin embargo, en la película funciona.
Birras al futuro
No siempre salió bien. Por ejemplo, con la junta asesora de Pasas de California, que pagó 50.000 dólares para aparecer en la cinta. Sin embargo, se quedaron de piedra al ver que les habían metido como anuncio... en un banco en el que duerme un mendigo. Tuvieron que devolverles el dinero por motivos obvios. A cambio, hubo una marca que tuvo que estar feliz porque fue parte principal de la trama. ¿Os habéis fijado en el sutil detalle de la cerveza del padre de Marty?
En el minuto 13:41, Biff acepta una cerveza de George, el padre de Marty: una Miller Lite, considerada habitualmente barata, muy popular en Estados Unidos y, al mismo sitio, símbolo de que en una casa no está entrando dinero. Sin embargo, en el punto 1:50:58, cuando las cosas han cambiado, Doc rebusca en la basura de los McFly buscando combustible para el DeLorean, y allí se encuentra con dos latas, sí, pero de Miller High Life, que está considerado, por así decirlo, "el champán de las cervezas" y que suele comprar gente más adinerada.
Este es solo un ejemplo de cómo Regreso al futuro utiliza las marcas para hacer funcionar la trama, pero hay más: el logotipo de Pepsi ejemplifica bien el cambio entre 1955 y 1985... Y todos sabemos lo que pasó con Calvin Klein (en el doblaje español, Levi Strauss). Puro márketing perfecto.