"Cuando cumplí los 40 empecé a tener estos locos pensamientos de que iba a ser el final para mí, de cómo me iban a borrar de la sociedad, de que nadie se iba a interesar por mí nunca más", nos cuenta Coralie Fargeat, la directora y guionista de La sustancia, sobre el comienzo del proceso creativo de la película que está haciendo que la crítica de todo el mundo se rinda a sus pies.
Protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley, La sustancia está a punto de llegar a las salas de cine comerciales españolas -lo hace este viernes 11 de octubre- y lo hace con una carta de presentación que no podía serle más favorable. Por un lado, la unanimidad de la crítica sobre que se trata de la película de terror del año, pero también esa expectación, curiosidad y atracción imperiosa que surge de la fuerte reacción que tienen sus poderosas imágenes en algunos espectadores.
Un 'body terror' que Alejandro G. Calvo describió como "muy bestia" en su paso por el Festival de Cine de Cannes -puedes ver la crítica sobre estas líneas- y que ha seguido eclipsando en su paso por otros festivales como el de San Sebastian el pasado mes de septiembre y ahora en Sitges.
En ella, Demi Moore interpreta a Elisabeth Sparkle, una actriz que ya pasó su mejor momento y que, tras ser despedida por el jefe sexista de su estudio Harvey, deja de tener ingresos regulares y se encuentra con que su edad se ha convertido en un problema para conseguir papeles. En plena espiral de desesperación, Elisabeth sufre un accidente que la conduce hasta una extraña compañía que le ofrece una misteriosa sustancia que supuestamente hace que te transformes temporalmente en una mejor versión de ti mismo. Sin embargo, el milagro tiene una serie de reglas que, si no se cumplen, pueden traer consecuencias nefastas.
"Pensé que era una locura que esos pensamientos fueran tan fuertes y tan vívidos", explica Fargeat. "Que si no hacía algo con ellos me iban a crujir. Así que para mí era el momento justo de expresar todo esto en una película".
Me sentía muy segura como cineasta de que había encontrado algo que quería hacer: quería expresarme a mí misma. Así que me dije: es una gran historia
Con La sustancia, Fargeat afronta su segundo largometraje después de Revenge en 2018 y la escala ha sido mucho mayor. Para la directora francesa, una vez establecida la historia que quería contar, llego el momento de "encontrar la manera correcta de hacerlo": "De encontrar las imágenes, los símbolos, los colores, localizaciones y sonidos que van a expresar todo lo que quiero compartir conforme a lo que siento", nos explica. "Y hacerlo no a través de las palabras y de los diálogos, sino a través del modelaje del mundo donde se desarrollaría la historia".
Respecto a la parte de la escritura de guion, para Fargeat es una etapa más intuitiva: "La primera escena que escribí lo hice sin tener la historia completa. Era la escena del "nacimiento" cuando nace Sue [Qualley). Fue la primera escena que cobró forma en el papel", recuerda. "Aún no sabía todo lo que la iba a rodear, pero sabía que había algo ahí verdadero para la película. Y así, poco a poco, todos los elementos fueron encontrando su lugar".
Así es como nació la idea de una actriz en horas bajas de Hollywood que ejerce como catalizador de la historia: "Encontré la idea de usar el símbolo de Hollywood para que fuera el templo de la belleza, como algo que se ha construido de forma inconsciente en nuestra mente colectiva. Si eres guapa, si destacas, si la gente te mira, tú vas a ser feliz, te van a amar. Y creo que es un sueño que se adhiere a todo el mundo. Para mí, situar la la historia aquí, tenía elementos muy simbólicos que ayudaban a dar forma a la película".
La manera en la que trabajo es que cuando escribo, lo escribo todo. Todas las imágenes, todos los sonidos, todo el ritmo. Todo queda en el papel porque ya imagino cómo lo voy a rodar y cómo lo voy a montar, porque también monto la película
"El guion era clarísimo sobre cómo iba a ser la película"
Precisamente gracias a ese nivel de detalle, a que la película al completo está en la mente de Fargeat, la incorporación de Demi Moore y Margaret Qualley no estuvo sujeta a seducciones o negociaciones. Ellas sabían desde que tuvieron en sus manos el guion cómo iba a ser La sustancia y solo tenían que decidir si querían ser parte de ello.
"El guion es la herramienta más poderosa", asegura Fargeat, "Sabía que el guion era clarísimo sobre cómo iba a ser la película, sobre lo lejos que íbamos a llegar con ella y la forma que iba a acabar teniendo la historia. Las páginas eran muy poderosas al respecto de dónde nos metíamos".
No obstante, las tres tuvieron conversaciones muy necesarias: "Quería hablar con ellas antes de decidir trabajar juntas, por todo lo que iba a implicar, como el trabajo con el maquillaje prostético, que era todo un desafío. [...] Todo lo relacionado con la desnudez, qué significaba, porqué quería rodar lo que sentía. El significado de cada plano. Y las actrices entendieron porqué era así, el propósito de todo ello. Y así se sintieron a gusto porque compartíamos el mismo objetivo".
Yo no quería mentirles en nada, porque necesitaba ser 100% sincera sobre cómo iba a ser la película,
"Quería que ellas estuvieran preparadas para ello y, si querían hacer la película, tenían que sentirse a gusto y estar preparadas para llegar hasta el final", añade. "Si no, no hubiera merecido la pena hacerlo. Si lo hacemos lo tenemos que hacer juntas, saber dónde nos estamos metiendo y estar preparadas para todos los desafíos".
Una serie de "discusiones preliminares" que Fargeat asegura que ayudaron muchísimo a superar todos los momentos difíciles que hay en todo rodaje. "A veces lo haces bien y a veces lo haces mal, pero lo importante es tener la confianza y el compromiso básicos de que estamos aquí por una buena razón".
Puedes ver la entrevista completa al comienzo de esta noticia -justo a continuación de la crítica El baño del diablo-. La sustancia se estrena este viernes 11 de octubre en cines.