James Cameron es un visionario del cine, y nadie lo duda a estas alturas, pero sus inicios son dignos de hacer un biopic. No solo decidió meterse a director después de ver Star Wars, sino que consiguió financiación para su primer corto, Xenogenesis, gracias a los 20.000 dólares que aportó... un consorcio de dentistas. Después de ver la primera versión, los dentistas decidieron salirse del proyecto, pero entró Roger Corman, que le fichó para hacer sus primeros pinitos. Al final salió ganando sin que nadie le saltara las muelas.
¡Ahora, Cameron habla!
Corte a veinte años después. James Cameron ha pasado de pedir dinero en un consorcio de dentistas a dirigir la película más costosa de la historia (hasta ese momento), llamada a convertirse en una obra maestra o en el desastre más épico de todos los tiempos: Titanic. Y para asegurarse de que fuera lo primero, el director lo dio todo, incluyendo sus dotes como dibujantes en la famosa escena de Kate Winslet... y su propia voz.
Cameron no quería quedarse fuera de su propia película, y hay un momento donde se le puede escuchar preguntando, a lo lejos, sobre el iceberg. El diálogo apenas se escucha, pero si ponéis atención alrededor de la hora y 44 minutos podréis distinguirlo. Dicho sea de paso, lo de poner su voz en una escena es un clásico de Cameron que ha cumplido en todas sus películas. Por ejemplo, en Terminator 2 sus gritos entraron en la última escena de la película, mientras el T-1000 se fundía.
Quizá su papel más recordado sea el de Aliens, porque interpreta ni más ni menos que... a la Reina Alien. Sí, puede que no tenga un diálogo per se, pero se nos ha quedado a todos grabado en la cabeza. Y ahora vuestro reto es... ¡Encontrarle en todas sus películas! Una pista: suele interpretar a villanos. Pero, de momento, a ningún dentista.