Si eres 'millennial' es probable que alguna vez hayas pensado o bromeado con la saga Destino Final justo antes de subirte a un avión. Hace 24 años, la historia de un grupo de estudiantes que iba a viajar a París, justo antes de que el avión sufriese un accidente, marcó a toda una generación. Con cinco películas a sus espaldas, la saga conquistó a los fans del cine de terror con una premisa única: escapar de la muerte no significa salvarse, sino enfrentarse a su futura revancha. Ahora, 13 años después de la última entrega, la franquicia regresa con fuerza en 2025 bajo el título Destino Final: Bloodlines, y las expectativas no podrían estar más altas.
La noticia ha entusiasmado a aquellos espectadores que crecieron viendo las grotescas y creativas muertes que se convirtieron en el sello distintivo de la saga. Desde la primera entrega, Destino final logró algo único: transformar situaciones cotidianas en escenarios donde reinaba la paranoia. La nueva película, dirigida por Zach Lipovsky y Adam Stein, promete recuperar ese espíritu que hizo famosa a la franquicia, pero con un toque de aire fresco gracias a un guion firmado por Lori Evans Taylor y Guy Busick, responsables de Reposo absoluto y Scream VI, respectivamente.
El regreso no podría llegar en mejor momento. El cine de terror está viviendo una auténtica edad dorada, con películas como Scream o Smile revitalizando el género. Bloodlines tiene la oportunidad de posicionarse como una de las mejores entregas de la saga, sobre todo si logra equilibrar nostalgia y frescura, como están haciendo otras franquicias de terror en este momento.
Un viaje a París que estaba destinado al fracaso
La premisa original de Destino final es tan escalofriante como efectiva: un grupo de estudiantes sube a un avión con destino París, pero deciden bajar en el último momento gracias a la inesperada premonición de uno de ellos. Todos los que abandonan el avión sobreviven a una muerte inminente, pero el destino decide sorprender a cada uno de ellos en los momentos más inesperados para terminar con lo que había empezado.
El vuelo 180, la explosión y la espiral de paranoia que desencadena quedaron grabados en la memoria de quienes vieron la película en su adolescencia. Con cada entrega, la saga se esforzó por mantener esa esencia: no importaba cómo de absurda o retorcida fuera la escena de una muerte; el público volvía porque, en el fondo, Destino final siempre planteó la misma pregunta: ¿es posible escapar de lo inevitable?
Es realmente sutil, pero los primeros minutos de 'Destino final' nos mostraron cómo morirían tres de los protagonistasCon Bloodlines, la saga tiene la oportunidad de modernizar esta idea para una nueva generación, manteniendo la tensión y el ingenio que la hicieron famosa, pero también incorporando nuevos elementos que sorprendan incluso a los fans más veteranos. Aún sin fecha de estreno confirmada, la expectativa ya está por las nubes.