Todas las películas de Harry Potter tienen su propio encanto. Pero El Prisionero de Azkaban dirigida por Alfonso Cuarón se ha convertido en una película de confort para mucha gente, siendo una de las grandes favoritas para revisionar una vez tras otra. ¿Por qué esta en concreto? ¿Qué tiene que no tengan las otras, que la hace tan gustosa para el ojo para verla varias veces?
Lo repasamos en un nuevo episodio de No son como las demás.
Chris Columbus fue quien dirigió las dos primeras películas de Harry Potter. Su amplia experiencia en el cine familiar le convirtió en la persona idónea para traer a la gran pantalla la etapa más infantil e ingenua de Harry, Ron y Hermione. De hecho, Columbus había firmado con Warner para dirigir las 8 películas de la saga al completo, pero después de rodar La Piedra Filosofal y La cámara secreta, acabó completamente agotado.
David Heyman, fundador de la productora Heyday Films (Barbie, Érase una vez en Hollywood, Historia de un matrimonio), vio Y tu mamá también y se quedó tan fascinando por el tono y la forma de narrar visualmente de Alfonso Cuarón que le llamó para la tercera cinta de la saga, que pedía a gritos ser más madura, al igual que el libro original. El mexicano no había leído los libros ni había visto las películas. Solo sabía que era cine familiar y que formaba parte de una franquicia, por lo que no se sentía muy atraído. Fue Guillermo del Toro el que le convenció.
Cuando estaba decidiendo si coger [el trabajo] o no, un buen amigo mio, Guillermo del Toro, me dijo: 'Tienes que hacer esto'. Él quería realmente que yo lo hiciera. Me dice: 'Pero no intentes hacer tu cosa propia, tan solo intenta servir al material, y si sirves [bien] al material, puede que hagas tu película más personal'
Y tu mamá también trataba sobre el viaje de dos adolescentes buscando su identidad como adultos, y se dio cuenta de que El prisionero de Azkaban trataba de un niño que estaba buscando su identidad como adolescente, así que era un territorio en el que se sentía cómodo para trabajar. Para hacer la adaptación cinematográfica, cogieron todo el material del libro que les servía alrededor de esta idea para contar la historia, siempre sin contradecir el universo de los libros. La historia de cómo Harry Potter deja atrás su infancia y empieza a embarcarse en un mundo más adulto, complejo y oscuro.
Algo de lo que pueden pecar el resto de las películas de Harry Potter es que se centran en ser una adaptación más que ser cine original en sí. ¡Y no es nada malo! Al final, cuando se hacen las adaptaciones es justamente porque la gente quiere ver cobrar vida a personajes que solo han estado en su imaginación. Pero Cuarón no solo fue fiel al material para adaptarlo, sino que se centró en hacerlo en una clave cinematográfica.
En las siguientes películas la mayoría de los planos tienden a ser fijos, transicionando de un plano a otro con un simple corte, y las escenas tienden a quedarse algo… poco mágico. Pero Cuarón no deja de mover la cámara, de explorar los decorados, explorar las caras de los actores... Algo que le da mucha más vida y sensación de estar en un lugar mágico. Cuando están en la casa de sus tíos, o justo antes de la llegada del bus nocturno, vemos planos estáticos, sin movimiento, pero cuando la magia asoma en la historia, la cámara empieza a volar, a flotar como otro ser místico dentro de ese mundo, y sobre todo movido por la emoción de los personajes, y lo hace sin que siquiera te percates, sino que te introduce dentro de la historia de manera natural.
Para la tercera película Cuarón y su equipo rediseñaron casi todos los sonidos que se usaron en las anteriores películas para los hechizos y los efectos especiales. Ponerle sonido a la magia no es tarea fácil, porque, ¿cómo suena la magia? En las dos primeras optaron por sonidos explosivos, 'whooshes', y hay momentos que incluso suenan un poco como… ¿pistolas lásers? Pero en la tercera entrega optaron por sonidos menos agresivos, menos contundentes, y los mezclaron con sonidos de flautas y voces humanas. Esto consiguió que la magia sonara más misteriosa y mística, menos terrenal y más como algo que flota en el aire y que no podemos ver a simple vista, clave para representar uno de los hechizos más importantes de la toda la saga: EXPECTO…. PATRONUS!
En fin. QUE ES UN PUTO PELICULÓN, y me parece importante por muchos motivos. Por una parte, forma parte de una megafranquicia de películas trillonaria que han visto millones y millones de niños, adolescentes y adultos a lo largo del mundo, y que será revisionada por otros tantos millones en las próximas generaciones. Por supuesto que a todos nos gusta a veces comernos una hamburguesa bien guarra al estilo comida rápida. Es funcional, sí, pero también se agradece cuando alguien se preocupa de cocinarte un buen plato, una buena película, con múltiples ingredientes, con diferentes tipos de cocción, un plato que acaba siendo nutritivo. Es una película con la que aprendes de buen cine. Que este tipo de películas lleguen al público general significa que mucha gente verá un cine nutritivo e interesante. Y no me da tiempo a hablar de la banda sonora de John William porque le podría dedicar otro vídeo entero pero MADRE MÍA.