Pensar en esos niños actores de la industria es muchas veces terminar en el concepto juguete roto. Sin embargo, a diferencia del sufrimiento de vida que tuvo Judy Garland debido principalmente a su carrera profesional, algunos de los niños que participaron en El Mago de Oz (1939 en Estados Unidos y 1945 en España) han tenido vidas más que felices, como es el caso de Priscilla Montgomery Clark, una de las adorables munchkin del mundo de fantasía de Lyman Frank Baum.
Esta exbailarina y exactriz ha hablado con la revista People a sus 95 años, siendo una de las pocas supervivientes del elenco original de la película, y ha contado cómo fue su experiencia formando parte de un proyecto que el público recuerda con tantísimo cariño y que ha trascendido en el tiempo y entre las generaciones venideras. Yo nací en 1994 y recuerdo perfectamente cuando vi El Mago de Oz junto a mi madre por primera vez.
"Nunca quise ser actriz, simplemente me encantaba bailar y eso tuvo muchísimo peso a lo largo de mi infancia. Ni siquiera tenía agente, pero tuve mucha suerte y en su momento me escogieron para participar en diferentes películas que siguen siendo muy queridas a pesar del paso de los años", ha comentado Clark para la publicación.
Por supuesto, teniendo en cuenta la edad que tenía Clark cuando pasó a formar parte de la historia de Oz, sus recuerdos son infantiles en el sentido de que ella se fijaba mientras trabajaba en lo que lo habría hecho cualquier niña de su edad: "me quedaba mirando los increíbles trajes de mis compañeras. Tengo muy presente el hecho de estar junto a Billie Burke (la encargada de interpretar a Glinda, el papel que ahora en Wicked ha retomado Ariana Grande) con su increíble y brillante vestido y esa corona. Y por supuesto mirar con fijación los zapatos rojos de Judy Garland. ¡Todo centelleaba bajo las luces! El set de grabación era increíble también", ha declarado entusiasmada la señora para People.
Sin embargo sí que guarda un recuerdo mucho más impactante, de forma negativa, de su experiencia en la filmación, ya que se encontraba en el lugar cuando la actriz Margaret Hamilton, la Malvada Bruja del Oeste, sufrió un accidente en el rodaje. "Este mismo día la señora Hamilton estaba lista con su traje negro y su maquillaje verde para entrar en escena, pero antes se acercó a nosotros, los más pequeños, para explicarnos lo que iba a suceder y que no nos asustásemos, ya que su llegada iba a ser un tanto terrorífica entre fuego y humo. Nos advirtió con cariño de que lo que íbamos a ver no era real y que no teníamos que estar asustados, que simplemente era una actuación. La verdad es que fue muy amable".
No obstante, precisamente ese día y durante esa escena, algo falló y hubo un incendio que le provocó a la actriz quemaduras en la cara y en las manos, pero tal y como relata Clark, Hamilton volvió a las pocas semanas al set sin quejarse y con más ganas que nunca.
Ser una estrella infantil con un perfil más bajo le permitió a Clark poder ahorrar gracias a la gestión que hicieron de su carrera sus padres, y en su momento fue una de las pocas chicas de su círculo que fue a la universidad. Sin embargo, no llegó a terminar su carrera, ya que antes optó por casarse con el que había sido su novio de toda la vida.
A lo largo de los años, las referencias a El Mago de Oz han estado muy presentes en su vida. De hecho, sus dos nietas tuvieron guiños en sus respectivas bodas al pasado de su abuela, algo que provocó que Clark se emocionase muchísimo. "Las lágrimas corrieron con fuerza entonces".
Uno de sus últimos recuerdos favoritos relacionados con su presencia en este film que recordamos con tanto cariño fue cuando en 2007 la invitaron a desvelar la estrella que le dieron en el Paseo de la Fama a los Munchkin de la película, ya que además se pudo reencontrar con algunas de sus compañeras. "Fue maravilloso volver a vernos después de tantos años y presentarles a mi familia".