Hace 50 años, en la segunda mitad de los años 70, Steven Spielberg todavía había terminado de erigirse como uno de los cineastas por antonomasia de su generación, pero ya había comenzado a despuntar de forma muy notable con sus primeros trabajos. Tiburón había sido un auténtico éxito y también Encuentros en la tercera fase, una obra maestra de la ciencia ficción que dejó para siempre una importante huella e influencia en el género que se mantiene a día de hoy. En ese momento, Spielberg estaba rebosante de ideas y a punto de comenzar una nueva década que sería absolutamente clave en su trayectoria como cineasta, con el nacimiento de la saga Indiana Jones con En busca del arca perdida (1981) y el estreno de E.T. El Extraterrestre (1982).
Al mismo tiempo, trabajaba en una película que nunca llegaríamos a ver. Un proyecto inacabado para el que había desarrollado grandes ideas y que acabaría siendo clave en la existencia de otras importantes películas de aquella época.
Quizás hayas oído hablar de ella: se hubiera llamado Night Skies y su historia es de lo más interesante.
Te sorprenderá saber que, lejos de ser un sueño arruinado para el cineasta, en realidad Steven Spielberg nunca quiso hacer Night Skies. El director tenía en mente otros proyectos, pero, dado que Encuentros en la tercera fase había tenido un éxito rotundo, el estudio estaba muy interesado en hacer una secuela, algo que a él no le convencía en absoluto. Sin embargo, Spielberg tenía miedo de que Columbia Pictures siguiese adelante con su idea de la mano de otro director, así que planteó Night Skies, una película que pudiese funcionar como secuela pero que en realidad fuese una película de terror. Una historia basada en la experiencia extraterrestre de una familia de Kentucky que había tenido lugar en los años 50.
En definitiva, Spielberg logró llevar el proyecto a un terreno en el que sí le apetecía moverse y, aunque su compromiso con Universal le impediría ser el director, sí sería productor y comenzó a moverse para que todo fuera perfecto: como acabaría confirmando la NASA, Spielberg reservó un espacio en el viaje inaugural del Transbordador Espacial de la NASA para poder grabar la Tierra desde el espacio para la secuencia inicial de la película. Con el tiempo se supo que Spielberg había cedido su plaza en el Transbordador Espacial a unos estudiantes y lo cierto es que la película tampoco se hizo.
El primer y único borrador del guion de Night Skies lo escribió John Sayles y estuvo listo a mediados de 1980. En él se presentaba un grupo de cinco extraterrestres que atacaban la granja de una familia, pero entre los que había un pequeño y amable alienígena que se hacía amigo del hijo autista de los humanos.
Cuando Spielberg se encontraba rodando En busca del arca perdida, le enseñó el guion a la entonces futura mujer de Harrison Ford, Melissa Mathison, quien quedó tan profundamente conmovida por la parte del extraterrestre bueno y el niño humano. De vuelta a EE UU, Spielberg decidió descartar Night Skies y comenzó a trabajar en la película a la que más aprecio le tiene de tosa su carrera: E.T. El extraterrestre.