Es una de las más queridas y mejores sagas de ciencia ficción que existen, pero hacer que todo encaje en una película sobre viajes en el tiempo es complicado y, como consecuencia, tanto Regreso al futuro como sus secuelas son un auténtico desfile de agujeros de guion e inconsistencias menores que los fans han ido señalando durante años tras verlas una y mil veces. No obstante, como decía el propio James Gunn refiriéndose precisamente a la cinta dirigida por Robert Zemeckis, para que una película sea excelente no tiene que ser perfecta.
Nadie daba un duro por esta original película, pero acabó dando lugar a una trilogía que es una de las mejores sagas de ciencia ficción de la historiaAlgunos de los agujeros de guion de Regreso al futuro son tan míticos que el propio equipo llegaría a pronunciarse sobre el tema con el tiempo. Uno de los ejemplos más famosos lo encontramos, de hecho, en la primera película, puesto que es imposible no preguntarse cómo es posible que, si Marty fue el responsable de que sus padres se enamorasen, ellos no pudieran reconocerle en el futuro. Sin embargo, el guionista Bob Gale tenía la respuesta perfecta: "Tened en cuenta que George y Lorraine solo conocieron a Marty / Calvin durante seis días cuando tenían 17 años, y ni siquiera le vieron durante todos esos días. [...] Le pediría a cualquiera que recuerde sus años de instituto y se pregunte lo bien que recuerda a un chico que estuvo en el instituto durante un semestre". Amén.
Sin embargo, esta archifamosa inconsistencia no es la única, sino tan solo una de las más populares.
Otra mucho más notable la encontramos en la tercera película, Regreso al futuro III, estrenada en 1990 y la encargada de poner el broche de oro a una de las pocas sagas míticas que no ha sido resucitada varias décadas más tarde.
Aunque a menudo es la menos elogiada, Regreso al futuro III tenía un encanto especial y planteaba el reto más difícil hasta la fecha para Marty y Doc: hacer funcionar el Delorean y conseguir que alcanzase los 140 km/h a pesar de las limitaciones de la época, puesto que la cinta se ambientaba en 1885, en pleno Oeste americano.
Y sí, han pasado 33 años desde entonces, pero no me había dado cuenta de que el principal detonante de la línea argumental de la película es un error en sí mismo que la desmontaría por completo. Regreso al Futuro III retomaba la acción justo donde lo dejaba la segunda película, con Marty regresando a 1955 nada más haber sido enviado de vuelta a 1985 para alertar a Doc de algo importante: el incidente con el almanaque había creado una realidad alterna y había provocado que Doc viajase por error a 1885.
Al encontrar el Delorean tal y donde Doc lo escondió a su llegada, Marty y el Doc de 1955 encuentran y reparan el DeLorean para que Marty pueda regresar a 1985, pero después de encontrarlo, Marty descubre también la tumba de su amigo, muerto solo una semana después de enviarle la carta en la que le explicaba que estaba en 1885. El hallazgo es el detonante del viaje que Marty hacía al Oeste, pero se trata de una de las tantas paradojas temporales de la saga: Dado que Marty retrocedió en el tiempo para evitar el asesinato de Doc, la lápida no debería existir, lo que significa que 1985 Marty nunca habría visto la lápida y, como consecuencia, tampoco habría regresado a 1885 en primer lugar.
Una notable paradoja que desmontaría la película, pero que tenía que existir para servir como el incidente que daba lugar a la emocionante historia. En definitiva, si algo nos enseña la saga de Regreso al futuro es que no hay que ser tan estricto y que tomarse algunas licencias en las películas sobre viajes en el tiempo no solo no perjudica la película por no ser perfectamente coherentes sino que todo lo contrario: no las encorseta y le da la libertad necesaria para ser tan absolutamente fantásticas.
La trilogía completa de Regreso al futuro está disponible al completo en Prime Video.