Todos estamos de acuerdo en que dejarse llevar por la emoción de las películas y llorar a gusto sienta muy bien de vez en cuando. No todos coincidimos en lo que nos hace llorar. Para algunos, es la muerte de la madre de Bambi -bueno, quizás esto sea universal-. Para otros, puede ser ver a Jack hundiéndose en el océano en Titanic.
Para la ciencia, sin embargo, la película más triste de todos los tiempos es Campeón, una película dirigida por Franco Zeffirelli que llegó a los cines en 1979.
Billy Flynn fue un boxeador de gran éxito, pero hace ya tiempo que dejó atrás el ring. Ahora trabaja en una pista de carreras de caballos, lo que le da para vivir a duras penas y poder mantener a su hijo TJ de ocho años. No tiene la custodia del pequeño después de divorciarse de su pareja, por lo que intentará reaparecer como boxeador para darle un futuro mejor.
En 1995, a través de la publicación Smithsonian Magazine, se publicaron los resultados de un estudio realizado por los psicólogos James J. Gross y Robert W. Levenson de la Universidad Berkeley de California, según los cuales Campeón era la película más triste de la historia.
Gross y Levenson mostraron a 494 sujetos de prueba un total de 250 películas para luego examinar las emociones provocadas al verlas en ocho categorías (diversión, ira, satisfacción, disgusto, miedo, neutralidad, tristeza y sorpresa). Por ejemplo, se descubrió que El silencio de los corderos y El resplandor provocan en los espectadores sentimientos de miedo especialmente fuertes. La famosa "escena del orgasmo" de la mítica Cuando Harry encontró a Sally fue votada como la escena cinematográfica más divertida.
La escena más triste de la historia
¿Por qué es la más triste de la historia? Para responder a esa pregunta tenemos que desvelar su final, avisado quedas. En el clímax de la película, el boxeador, interpretado por Jon Voight, muere frente a su hijo pequeño. "¡Campeón, despierta!", solloza un desconsolado TJ, interpretado por Ricky Schroder. Según Gross y Levenson, "para la mayoría de las personas no hay nada más desgarrador que un niño afligido". La actuación, por cierto, le valdría un Globo de Oro al pequeño actor.
Según Smithsonian, la película se ha utilizado para experimentar con personas cuando quieren conocer ciertos efectos en la tristeza. Por ejemplo, si quieren ver si las personas deprimidas son más propensas a llorar que las personas no deprimidas (no lo son), le ponen Campeón. Si quieren conocer si las personas son más propensas a gastar dinero cuando están tristes (lo son) o si necesitan ver si las personas mayores son más sensibles al duelo que las personas más jóvenes (las personas mayores sí informaron más tristeza cuando vieron la escena).
“Todavía me siento triste cuando veo a ese niño llorando desconsoladamente”, asegura el propio Gross.
Este artículo se basa en uno similar que aparece en nuestra web hermana FilmStarts.