Originalmente, lo creas o no, Disney se planteó que Piratas del Caribe, en la época donde solo tenían un guion escrito, fuera directa a vídeo. De hecho, si ese hubiera sido el caso, Jack Sparrow habría sido interpretado por Christopher Walken o Cary Elwes. Pero es que antes de pensar en Johnny Depp lo hicieron en Hugh Jackman, Michael Keaton y... ¡Jim Carrey! Esa habría sido, definitivamente, una película totalmente diferente a la que vimos. Mucho más... chispeante.
Los piratas del Caribe son piratas del Caribe
Pero no todos estaban contentos con la elección de Depp como protagonista: al hacerlo suyo, con los manierismos y movimientos que ahora conocemos todos de sobra, los ejecutivos de Disney no sabían si le estaba interpretando como si estuviera borracho o como si fuera gay (ya sabéis, inicios del siglo XXI). Ni siquiera Jerry Bruckheimer se fió demasiado con algunas decisiones, como la de ponerse una funda dental de oro, hasta que el propio actor dijo "Sabéis cómo trabajo. O confiáis en mí o me dais la patada".
Confiaron en él, pero gran parte del equipo técnico, sin duda, estuvo pensando en darle la patada más grande de su vida. Y es que Depp, ya fuera por hacer el tonto o por frustración, no paraba de tirar su sombrero pirata al mar. ¿El problema? Estaba hecho de cuero, y el cuero con el agua se cuartea, por lo que tenían que hacerle otro a toda velocidad. Tras varias ocasiones, decidieron que el sombrero del capitán Jack Sparrow fuera de goma para que pudiera flotar en el agua y con un toque de secador pudiera volver a ponérselo una y otra vez.
Por cierto, han pasado ya ocho años desde la última película de la saga, que no gustó demasiado pero recaudó cerca de los 800 millones de dólares. ¿Es, quizá, el momento de que el mundo vuelva a conocer al capitán Jack Sparrow? Seguro que esta vez no dudan si lanzarla directamente en formato doméstico.