A posteriori, tras el éxito monumental de High School Musical, nos parece obvio que Disney debía apostar por películas musicales, claro, pero en 2006 no estaba tan claro: si no fuera porque The Cheetah Girls triunfó, jamás hubiéramos tenido a Troy y Gabriella. Pero, con la emoción del momento y la ilusión de, por fin, hacer un musical adolescente de amor, en Disney empezaron a componer todo tipo de canciones de la mano de varios artistas del estudio, entre los que se encontraba un chaval de 23 años llamado Drew Seeley. Quedaos con este nombre, porque va a ser importante.
Start of something new
Una vez tuvieron las canciones y el guion -cuyo autor, Peter Barsocchini, creó para su hija de nueve años llamada, oh sorpresa, Gabriella-, llegó el momento del casting. ¿Y cómo lo decidieron? Pues haciéndoles cantar y jugar a baloncesto. Fueron eliminando uno a uno a los jóvenes actores hasta que solo quedó Zac Efron, al que hicieron firmar el contrato de inmediato. Solo había un pequeño problema: Efron es un barítono y las canciones estaban escritas para un tenor, así que no llegaba a la mayoría de notas.
¿Y qué hacer en estos casos? ¿Reescribir las canciones? ¿Contratar a un coach vocal? No: tiraron de alguien que ya había hecho el casting, se sabías las canciones, tenía la voz similar a la de Efron y, además, era tenor. Su nombre era... Drew Seeley. Aunque desde Disney aclararon que sus voces se mezclaron, Seeley ha aclarado en más de una ocasión que no es así, y que Efron solo canta el inicio y el final de Start of something new y los primeros versos de Breaking free.
La ignominia no acabó ahí. Tras el éxito absolutamente inesperado de la película (7,7 millones de personas en su primera emisión), Disney se apresuró a asegurar que los intérpretes harían una gira por Estados Unidos de medio año donde cantaron en 52 lugares distintos. ¿Todos? No. Zac Efron ya había firmado el contrato para salir en la nueva versión de Hairspray y tuvo que ser sustituido por (¿lo adivináis?) Drew Seeley. No os preocupéis por él, por cierto: aunque no es el cantante más famoso del mundo, sigue compaginando cine, televisión, teatro y discos, y viviendo de lo suyo. Eso sí, al menos una vez al mes seguro que se acuerda de Zac Efron y de lo que pudo ser.