
Hasta los mejores tienen días malos. Marlon Brando es una de las mayores leyendas interpretativas de la historia, uno de los primeros actores en desarrollar el método Stanislavski y cualquiera es capaz de apreciar que su labor en pantalla es sobresaliente. Pues incluso él tiene fracasos en su filmografía y, siendo sinceros, pasó una etapa de declive profesional en la que llegó a lo más bajo. Morituri se encuentra en esa época.
Dos seductores (1965), Sierra prohibida (1966), La condesa de Hong Kong (1967) o La noche del siguiente día (1969) fueron fracasos críticos y comerciales y, aunque Morituri se llevó el favor de la crítica -al menos de parte de ella- y estuvo nominada en los Oscar a Mejor fotografía en blanco y negro y Mejor diseño de vestuario en blanco y negro no logró calar mucho más hondo.
"¡Por el amor de Dios, actúa!"
Años después, fue foco de crítica de Anthony Hopkins. Se encontraba promocionando Burt Munro: un sueño, una leyenda y en Aboutfilm le preguntaron si el entrenamiento por el que pasan los actores puede ser útil. Su mente se fue hacia Brando, conocido actor de método.
"Estoy seguro de que puede ser útil. A medida que uno va aprendiendo, se va volviendo mejor. Leí una entrevista con Kenneth Tynan en los años sesenta y decía: 'Desarrollamos modales. Es bueno tenerlos, porque son mantas de seguridad. Pero hay que romperlos. Hay que encontrar el valor para romperlos y encontrar cosas nuevas todo el tiempo", dice Hopkins, "A veces son hábitos muy atractivos, hábitos carismáticos, pero a veces parecen ridículos".
La otra noche vi al gran Marlon Brando en una película. Y era tan malo. Es como atacar algo sagrado... Era tan malo en esta película. Pensé: “¿Cómo puede ser tan malo?”. Fue con Yul Brenner ['Morituri' (1965)]. Me dije: “¿Qué está haciendo?”. ¡Por el amor de Dios, actúa! ¡Haz algo! Déjate llevar. Pero a veces incluso grandes actores como él pueden ser malos, muy malos. Pero eso está bien

Morituri se centra en el experto en explosivos Robert Crain (Brando), quien quiere evitar servir en la Segunda Guerra Mundial. Consigue unos documentos falsos y desaparece en la India, pero el servicio secreto británico le localiza. Como respuesta, debe llevar a cabo una arriesgada misión: hacerse pasar por un oficial de las SS en un carguero nazi bajo el nombre clave de Hans Keil para desactivar sus explosivos.
Basada en una novela homónima de 1958 del escritor alemán Werner Jörg Lüddecke, fue un fracaso comercial que no llegó a cubrir los 6,2 millones de dólares que tuvo como presupuesto. De hecho, tuvo su propio documental. En 1966 se estrenó Meet Marlon Brando, una pieza de 29 minutos centrada en la rueda de prensa que Brando aceptó hacer a pesar de la decepción económica.