"Mi contrato me prohíbe explícitamente hablar de ella": Edward Norton protagonizó contra su voluntad esta película de acción junto a Charlize Theron
Alicia P. Ferreirós
Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

El actor tenía un acuerdo con el estudio que le había brindado su primer gran papel, pero le trajo muchos problemas y estuvo a punto de ser demandado

Uno de los actores más de moda en los 90 y 2000 principalmente por su papel en la inolvidable y desgarradora película American History X, Edward Norton logró un hito muy poco común en 1996 cuando estaba empezando a dar sus primeros pasos como intérprete: acabar nominado a un Oscar. El actor había obtenido su primer papel para la gran pantalla en el 'thriller' legal Las dos caras de la verdad de Gregory Hoblit, en la que compartía protagonismo con Richard Gere y Laura Linney, y, contra todo pronóstico al tratarse de su primer trabajo, fue nominado por la Academia de Hollywood como Mejor actor de reparto

En este escenario, no es de extrañar que Norton rápidamente obtuviese una gran proyección en la industria y comenzase a recibir jugosas ofertas. La siguiente llegó por parte de Woody Allen en Todos dicen I love you y justo a continuación la tampoco inadvertida El escándalo de Larry Flynt. En 1999, apenas tres años de años de su debut, el intérprete estrenaría la que sería una de sus películas más memorables, cuando encarnó a un neonazi en American History X y volvió a ser nominado al Oscar, mientras que ese mismo año también fue protagonista de Rounders y de uno de los mayores éxitos de culto de los 90 junto a Brad Pitt: El club de la lucha.

El ascenso de Edward Norton fue absolutamente meteórico, pero su rápido ascenso al estrellato también tuvo algunos inconvenientes para el actor.

Cuando Paramount Pictures le ofreció a Edward Norton su gran oportunidad en Las dos caras de la verdad, el contrato incluía que el actor haría dos películas más para la productora. Con la condición, eso sí, de que sería él quien eligiese los proyectos en función de sus gustos y objetivos de trayectoria. Sin embargo, dado que Norton estaba en pleno auge y le llegaban proyectos que le interesaban mucho, Paramount comenzó a impacientarse.

Según parece, la situación llegó a ser tan tensa que la presencia de Norton en El club de la lucha estuvo en peligro, pero finalmente los términos del contrato fueron renegociados y se redujeron a una película como compromiso. Aun así, Norton y los ejecutivos del estudio no lograban acordar cuál sería y el asunto acabó en un ultimátum: o aceptaba ser uno de los protagonistas de la nueva versión de la comedia de acción The Italian Job o se enfrentaría una demanda multimillonaria.

"Le dijeron al señor Norton que nunca tendría que hacer una película en contra de su voluntad, y Paramount insistía en que hiciera esta película. Y si no estaba de acuerdo, lo demandarían", dijo en un comunicado su abogado Marty Singer. "En lugar de involucrarse en un litigio extenso, aceptó hacer la película".

Norton protagonizó la película con profesionalidad y resignación junto a Mark Wahlberg, Charlize Theron y Jason Statham, pero, aunque The Italian Job no fue mal en taquilla y fue bien recibida por la crítica, el actor estuvo bastante disgustado con el hecho de haber tenido que aceptar un trabajo que no le interesaba y no lo escondió en una entrevista con Los Angeles Times.

"Mi contrato con Paramount me prohíbe explícitamente hablar de la película o de la naturaleza de mi empleo sin su permiso y ellos definitivamente no me han dado permiso para hablar de ello", sentenció cuando el medio le preguntó sobre ello. No hizo falta que dijese más.

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