No suele ser habitual que Marvel cambie la cara de un personaje por las buenas, sin dar aunque sea un "pase de capa" como ha ocurrido con el Capitán América en Brave New World. Sin embargo, casi desde el principio, hay veces que no ha tenido más opción. El primero en cambiar fue Máquina de Guerra, James Rhode, que de Iron Man a Iron Man 2 pasó de ser Terrence Howard a convertirse en Don Cheadle. ¿El motivo? Pues, por supuesto, según se rumorea, el dinero. Nadie dio ninguna explicación al respecto, y así seguimos hasta ahora.
¡Vengadores, cambiad!
Solo ha habido un héroe que cambie de actor de manera descarada, y ocurrió en una de las primeras películas del UCM, antes siquiera de que supiéramos que era un universo compartido: Bruce Banner, o sea, Hulk, pasó de ser Edward Norton a convertirse en Mark Ruffalo. En este caso el problema fueron las famosas diferencias creativas, pero seguro que Norton ha pensado más de una vez en qué hubiera pasado si se hubiera callado un poquito.
Pero ningún personaje de Marvel ha cambiado tanto de cara como Howard Stark, el padre de Tony, que ha sido interpretado hasta por tres intérpretes distintos, al menos técnicamente. En Iron Man fue Gerard Sanders, pero no tenía ninguna línea de diálogo y fue sustituido en Iron Man 2, Civil War y Endgame por John Slattery. Ah, y después Dominic Cooper, cuando necesitaban una versión más joven del personaje en Capitán América: El primer vengador o Agente Carter.

Lo curioso es que aún hay una carta versión. En Vengadores: la era de Ultron, para crear a un Howard Stark de mediana edad se juntaron digitalmente las apariencias de John Slattery y Dominic Cooper. El resultado da muy bien el pego y ha formado parte del arte de la maravilla que a veces tiene Marvel. A veces.