La obra de fantasía de J.R.R. Tolkien llegó a los cines hace 24 años con La comunidad del anillo (2001). Fueron el director Peter Jackson y la productora New Line los que llevaron a la gran pantalla una de las mayores obras de fantasía jamás escritas. Y lo hicieron superando todas las expectativas después de la película de animación de 1978.
A la trilogía original -Las dos torres (2002) y El retorno del rey (2003)- le siguió otra. El Hobbit abarcó tres años con Un viaje inesperado (2012), La desolación de Smaug (2013) y La batalla de los cinco ejércitos (2014). El mundo de Tolkien sigue presente en la actualidad con la serie de Prime Video El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder (2022) y el filme de animación La guerra de los Rohirrim (2024). Por no hablar del proyecto que está preparando Andy Serkis con Gollum como protagonista. Lo importante de todos estos títulos, además de que siguen manteniendo viva la obra de Tolkien, es que Disney no está involucrado.
Resulta que Tolkien odiaba a Disney, así que cuando vendió los derechos de El Hobbit y El Señor de los Anillos para que la historia se adaptara en forma de película, el escritor prohibió que la Casa de Mickey Mouse pudiera tener algo que ver con ellos.
Siempre se nos olvida que existe, pero esta película hizo posible 'El Señor de los Anillos': Peter Jackson tuvo la idea durante su rodajeLa animadversión de Tolkien quedó grabada en una carta en la que el escritor reconoce el talento de Disney, pero también lo describe como "irremediablemente corrupto" y califica su trabajo de "repugnante". "Algunas de sus películas me han provocado náuseas", señaló en la carta enviada a J.L. Curry en 1964.
Todo comenzó cuando Tolkien vio Blancanieves y los siete enanitos (1937). Al escritor no le gustaron los enanos del filme. Él, que había estudiado los mitos nórdicos y germánicos, estaba muy familiarizado con la idea de que estas criaturas eran grandes guerreros. La forma en la que Disney los representaba era, a ojos de Tolkien -para quien los cuentos de hadas eran narrativas complejas dignas de estudio y no cuentos para niños-, una burla y una forma de hacer dinero menospreciando el género.
El no de J.R.R. Tolkien a Disney
Warner Bros.
En la carta a Curry antes mencionada, Tolkien afirmó que Disney era "un tramposo" y añadió: "Dispuesto e incluso deseoso de defraudar a los menos experimentados mediante engaños lo suficientemente legales como para mantenerlo fuera de la cárcel". El escritor también admitió que él "no era inocente del afán de lucro", pero que nunca "habría considerado en absoluto ninguna propuesta de Disney". Esto último lo hizo oficial cuando vendió los derechos de sus obras.
En otra misiva de 1965, Tolkien indicó que ni él ni sus editores tenían intención de dar permiso a Walt Disney para hacer una película con sus libros. El escritor incluso rechazó las sugerencias del ilustrador Horus Engels para la edición alemana de El Hobbit porque le parecía que estaba muy influenciado por la Casa de Mickey Mouse.
Por eso, cuando Tolkien vendió los derechos de El Hobbit y El Señor de los Anillos a finales de los años 60, insistió en que Disney tenía prohibido involucrarse: "Podría ser aconsejable dejar que los estadounidenses hagan o que le parezca bien, siempre y cuando sea posible... vetar cualquier cosa proveniente de los estudios Disney o influenciadas por ellos (siento un odio profundo por todos sus trabajos)". Más claro, imposible.
