Marcelo Rubens Paiva se lanzó a escribir sus recuerdos por dos razones. "Percibió que su madre, que había luchado por mantener viva la memoria de la familia durante 30 años, empezaba a perder la suya en el abismo del Alzheimer", dice el director Walter Salles sobre su amigo. "Al mismo tiempo, Marcelo percibió que el país empezaba a perder su propia memoria". El país al que se refiere Salles es el suyo, Brasil, el cual estuvo bajo una dictadura militar desde 1964 hasta 1985. Paiva contó lo ocurrido a sus padres y hermanas cuando él no era más que un niño en un libro que ahora se ha convertido en película y podría dar la sorpresa en los Oscar 2025.
Aún estoy aquí, que llega a los cines españoles el 21 de febrero, se ambienta en el año 1971 y cuenta la historia de una madre, Eunice, que debe reconstruir su vida después de que la dictadura militar destroce su vida y su familia.
Salles ha tardado 12 años en volver a dirigir una película tras On the road (En la carretera) (2012), la adaptación de la novela homónima de Jack Kerouac. "Cuando me preguntan por qué 12 años, pues porque no se publican libros tan luminosos como ese", dice el cineasta en SensaCine en una sala de la Academia de Cine. A un lado suyo está el póster de su nueva película, al otro el Goya que ha ganado a Mejor película iberoamericana. Salles, que no pudo acudir a la gala de los premios españoles, no ha dejado de trabajar en todo este tiempo. Simplemente se ha dedicado a otra cosa. "Después de cada película de ficción intento volver al documental", reconoce. "Empecé en el documental y es un territorio que me encanta".
Un episodio oscuro de la historia reciente de Brasil: se estrena 'Aún estoy aquí', la nueva y galardonada cinta de Walter SallesEn esta década, el cineasta ha estado enfrascado en un documental sobre el director chino Jia Zhang-ke titulado Jia Zhang-ke, um homem de Fenyang (2014) y una serie documental sobre el futbolista Sócrates, que "mezcló un poco el fútbol y la política y fue un personaje muy importante para la vuelta de la democracia en Brasil". Cuando volvió a la ficción y se puso a escribir nuevos guiones originales ocurrió algo extraño. Aquello que Salles estaba imaginando fue adelantado por la realidad. "El acto de anticipación que estaba intentando buscar no se justificaba más", explica. Fue en 2015 cuando su amigo publicó Aún estoy aquí. "Marcelo fue el deflagrador del proceso, pero fueron años largos de investigación, de preparación y, finalmente, de filmación el año pasado".
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Salles era cercano a los Paiva, por lo que hay parte de los recuerdos de su "memoria afectiva con esa familia" en la película. Conocer a los personajes, claro, influye. "Hay una responsabilidad muy grande que viene con ese deseo de retratar a una familia que conoces", reconoce.
Como añade:
Eso también explica los largos años para llegar hasta aquí, porque fueron años de investigación, de entrevistas y más entrevistas con cada persona de la familia y amigos y, después, hay un deseo de inmersión en la investigación de los años 70, 80 y 90. La representación de una cultura también te pide un rigor de investigación que intentamos honrar. La geografía física y, sobre todo, humana de la película en esos años son el resultado de esa investigación
La historia de Eunice Paiva es de esas que merece ser contada. Tras el asesinato de su marido Rubens durante la dictadura militar, su vida y la de sus cinco hijos cambió por completo. De ama de casa y matriarca de una familia bien posicionada, Eunice pasó a vender su hogar al lado de la playa para volver a la ciudad y a la universidad. Se hizo abogada y se convirtió en activista por los derechos humanos de las víctimas de la represión política, hizo campaña para abrir los expedientes de la dictadura y defendió los derechos de los pueblos indígenas de Brasil. Eunice falleció en 2018 a los 89 años tras 15 viviendo con la enfermedad de Alzheimer.
Aún estoy aquí es entretenimiento, pero también documento histórico. "El libro y la película son el resultado de ese entrelazamiento entre la representación de una memoria individual y de la representación de la memoria colectiva", dice Salles sobre la historia de los Paiva. "Eso permitió un poco la universalidad de la película, o redunda en la universalidad de la película, porque, a través de lo cotidiano, tienes toda la comprensión de esta humanidad y, a través de la investigación que hicimos de la historia de los 70, 80 y 90, tienes una percepción de una realidad que no se veía desde hace bastante tiempo en el cine, al menos en Brasil. Es un poco el punto de encuentro de entre todo eso".
La sorpresa de los Oscar 2025
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Salles ha vivido con Aún estoy aquí una experiencia de sobra conocida, pero con diferente resultado. El pasado 5 de enero, su actriz protagonista Fernanda Torres ganó el Globo de Oro a Mejor actriz de drama. El filme también estaba nominado a Mejor película extranjera. En 1999, Estación central (1998) se alzó con el premio de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood a Mejor película extranjera, pero su protagonista Fernanda Montenegro se fue con las manos vacías. Para darle más magia a todo esto: Montenegro y Torres son madre e hija.
"Festejamos mucho el premio de Fernanda Torres en los Globos de Oro, sobre todo por el hecho de que su madre también había sido nominada hace 25 años", recuerda Salles. "Había un lado muy emocional en eso. Cuando Fernanda caminaba para recoger el premio yo me acordaba de su madre".
Todavía podemos añadir más encanto a esta conexión. Montenegro interpreta a una anciana Eunice en Aún estoy aquí. "Qué suerte, ¿no? poder trabajar con Fernanda Torres y Fernanda Montenegro en la misma película", dice el director.
Como añade:
Trabajar con las dos juntas, de cierta forma, potencia el personaje de Eunice Paiva. Fernanda hizo ese personaje con una inteligencia emocional que hay momentos en que, para mí, es difícil disociar la Eunice que yo conocí y a Fernanda Torres haciendo de Eunice. Sé que es algo raro de acontecer, es la primera vez que ocurre eso, pero para mí esos dos personajes están ahora de alguna forma entrelazados
Los Globos de Oro no son los únicos galardones en los que está presente Aún estoy aquí. El filme de Salles está nominado a Mejor película de habla no inglesa, Mejor actriz y Mejor película en los Oscar 2025.
"Los premios son siempre una sorpresa porque si empiezas un proyecto pensando en un estreno en ese festival o este... al final no estás haciendo un trabajo realmente orgánico y visceral que viene de un deseo de contar algo", reflexiona. "En esta película estábamos todos muy apasionados por la posibilidad de narrar esta historia. Eso fue el eje. Para mí, los premios son la consecuencia de ese deseo que está en el centro del cine, el de narrar una historia que no puedes dejar de contar".
