Nadie daba un duro por ella, pero su director confió en ella ciegamente. Se convirtió en el wéstern con más Oscars de la historia
Alicia P. Ferreirós
Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

Tuvo grandes problemas de financiación, pero finalmente fue una realidad: ganó siete premios Oscar, incluyendo Mejor película y Mejor director para Kevin Costner

"Mi única preocupación es si la película es buena. Y creo que lo es", sentenciaba un confiado Kevin Costner de apenas 35 años en una entrevista con Los Angeles Times en 1990, antes del estreno de su icónica película Bailando con lobos. El entonces solo actor se estrenaba por primera vez detrás de las cámaras, con una película que ahora sabemos que sería un auténtico éxito pero que para ser una realidad tuvo que hacer frente a grandes problemas de financiación, puesto que no contaba con la confianza de Hollywood.

Sin embargo, había dos personas que sí confiaban ciegamente lo que tenían entre manos: Kevin Costner, su director y protagonista, y su socio productor Jim Wilson, que, pese al rechazo inicial por parte de varios estudios que consideraban que el wéstern no gozaba de muy buena salud como género, se las apañaron para vender los derechos internacionales en varios países y obtuvieron el dinero necesario para comenzar a trabajar en la preproducción. Justo antes de que comenzara el rodaje, obtuvieron la confianza de Orion Pictures y Costner obtuvo los derechos de montaje final.

Costner, además, había pospuesto su salario como director y protagonista para abaratar costes y, finalmente, Bailando con lobos pudo hacerse con un presupuesto de 22 millones de dólares, casi 20 veces menos de lo que recaudaría en taquilla.

"Estos son los años dorados de Kevin", reflexionaba Wilson en la misma entrevista. "Hollywood está pagando enormes sumas de dinero a actores principales, que no son muchos. Kevin ha dedicado 18 meses de su vida, se ha vuelto indisponible para hacer nada más, solo para hacer esta película". Costner le daba la razón: "Mis amigos temen que me devoren. Saben que he puesto todo mi corazón en ella, que estoy ahí arriba, para que cada uno haga lo que quiera con ella. Pero no me importa lo que piense Hollywood".

Cuatro años antes de aquella entrevista, lo que había sucedido es que el actor había animado a su amigo y guionista Michael Blake a escribir una novela que luego le propuso que convirtiera en un guion. A lo largo de los siguientes dos años trabajaron hasta en seis versiones diferentes de Bailando con lobos y pusieron todo lo que tenían para sacar adelante su proyecto.

Hablar del acto de confianza y corazón que fue hacer Bailando con lobos desde 2025, 35 años más tarde, resulta curioso. Por un lado Hollywood no tenía mucha fe en que la película pudiera funcionar y se le vaticinó un fracaso similar al que había sufrido La puerta del Cielo de Michael Cimino, y el propio Costner y su entorno tampoco sabían que tenían entre manos a la próxima ganadora del Oscar.

No solo eso, sino la película wéstern con más Oscars de la historia del cine.

El largometraje, de 3 horas de duración -un detalle que también jugaría en su contra según los pronósticos- logró recaudar más de 424 millones de dólares en taquilla y, además, cautivó por completo a público y crítica. Fue nominada a 12 estatuillas y se llevó siete, entre los que estaban el Oscar a Mejor película y Mejor director para Kevin Costner, que se hizo con el premio en su debut.

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