No cabe duda de que el 2008 está siendo un gran año para el actor canario Javier Bardem. Tras interpretar el papel de Anton Chigurh en No es país para viejos de los hermanos Coen, Bardem ha recibido una veintena de premios, entre los cuales destaca el Oscar que obtuvo el pasado 28 de febrero. El último de estos reconocimientos al trabajo del protagonista de Mar adentro ha sido el premio Nacional de Cinematografía que el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) concede cada año a los mejores de la profesión. El galardón, a parte del prestigio que comporta, está dotado con 30.000 euros y cabe destacar que Bardem es el segundo intérprete en ser reconocido con éste en la última década, después del concedido a Mercedes Sampietro en 2003.
Pero como aseguraba un miembro del jurado: "Éste es el año de Javier indiscutiblemente". Así pues, el jurado, que estuvo presidido por Fernando Lara, director general del ICAA, ha valorado "las metas profesionales alcanzadas a lo largo de su ya dilatada carrera y especialmente en el año 2007". Tampoco se le ha escapado al jurado la "defensa de la profesión de actor y el compromiso constante con el cine español dentro y fuera de nuestras fronteras".
El ministro de Cultura, César Antonio Molina, fue de los primeros en felicitar al actor, quien se mostró agradecido pour un premio "que no es a mí, sino para toda una profesión a la que amo e intento defender día a día, a través del trabajo. Lo tomo como un abrazo cariñoso de la profesión, de los compañeros de mi país".
De esta forma, el joven actor ha conseguido con creces, tras lograr premios tan prestigiosos como éste, el Oscar y también el Globo de Oro, el BAFTA, dos premios del Cine Europeo y cuatro goyas entre otros, el objetivo que en muchas ocasiones ha manifestado: "Quería ver llorar a mi madre y lo logré".
Marina Domingo Monsonís con ABC y El País