El crítico de cine Manny Farber falleció el pasado 17 de agosto, a los 91 años de edad en su casa, en un pueblecito de California. Faber se hizo famoso por defender a capa y espada el cine de autor, de serie B, frente a las grandes producciones cinematográficas. Farber se refería a ese tipo de cine como el "cine termita", en el que incluyó películas de Samuel Fuller, John Ford; mientras que al cine de masas lo denominaba "cine de elefante blanco", dentro del cual él tenía sus "búfalos del film artístico", Orson Welles y el mismísimo Alfred Hitchcock. Todos sus pensamientos sobre las diferencias entre estos dos tipos de cine, los recogió en su manifiesto Arte elefante blanco vs Arte termita, una obra que ha sido considerada como una de las mejores del pensamiento cinematográfico.
Para Farber en el cine termita "la cultura, como protagonista, no aparece por ninguna parte, así que los artesanos pueden ser intratables, derrochadores, implicados, hacer lo que se les ocurra sin importar lo que termine saliendo". Y como todo crítico tenía sus preferencias, a las que denominaba "autopistas privadas hacia la verdad", entre ellas, los westerns de Anthony Mann ('Winchester ‘73', 'El hombre de Laramie') y Howard Hawks ('Rio Bravo', 'Río rojo'), el terror de Jacques Tourneur ('La marca de la pantera', 'Yo dormí con un fantasma') y el cine negro de Samuel Fuller ('Corredor sin retorno', 'Pickup on South Street').
Poco a poco Farber se convirtió en uno de los críticos más relevantes e influyentes de Estados Unidos. Profesión que ejerció hasta hace 30 años, momento en el que decidió decicarse exclusivamente su gran pasión, la pintura.
Lorena Vialás