Tras su paso por el Festival de Málaga se ha presentado hoy en Madrid la esperada nueva película de Julio Médem -tras la debacle que significó 'Caótica Ana'- la descarnada, sensual y opresiva 'Habitación en Roma'. O lo que es lo mismo: ciento diez minutos de cine minimalista, con tan sólo dos actrices -Elena Anaya y Natasha Yarovenko, la mayoría del tiempo desnudas- y con la acción desarrollándose a lo largo de una sola noche de pasión, desenfreno, risas y llantos.
El director, algo nervioso, y sus actrices presentaron esta mañana en Madrid la película, un remake de la semidesconocida película del chileno Matías Bize, 'En la Cama' que Médem asume con máximo respeto: Me encargaron el remake sin haber visto la película. Luego la vi y me gustó muchísimo, llegué a dudar sobre si meterme en el proyecto porque no sabía qué le podía aportar yo al film original. El mayor cambio entre ambas obras surge en 'Habitación en Roma' al sustituir la historia de amor heterosexual por un romance entre dos mujeres. La premisa me encantaba -prosigue el director- era un reto interesante: una sola localización, dos personajes, cuatro idiomas, la acción debía ser lineal... era tal el desafío que decidí entrar sin pensármelo. Y en seguida decidí que debían ser dos mujeres las que tenían el romance. Creo que nunca había hecho nada tan difícil en mi vida.
La idea de la película, más allá de su historia, es el reencuentro del nuevo Médem con el de los años ochenta y noventa, donde habitan sus películas más importantes. A este respecto el cineasta ha jugado a la metáfora: Yo sigo siendo el mismo. Pero en mis películas... no hago más que fugarme.
Cosas de actrices
Tanto Elena Anaya como Natasha Yarovenko se entregan en cuerpo y alma (sobretodo en lo primero) a la composición de esas amantes que exprimen al máximo el paréntesis vital en que se convierten sus vidas a lo largo de esa noche en esa habitación de esa ciudad. El director habla de la contratación de las actrices: A Elena la tuve en mente enseguida y tuve mucha suerte porque aceptó al momento. Para Natasha fue más duro, estuvimos casi cuatro meses entrevistando chicas: rusas, bielorusas, ucranianas... en Madrid, en Moscú y en Barcelona. Hasta que por fin dimos con ella. Tengo que decir que soy un director muy afortunado porque Elena accedió a estar en la mayoría de las pruebas. Algo que corrobora la actriz española: Para mí Natasha fue un regalo: he tenido una compañera muy valiente, muy integrada, una gran amiga. Cuando una de las dos se desanimaba la otra la ayudaba a seguir; la una tiraba de la otra y viceversa. Ha sido una experiencia preciosa.
Las actrices no temían el tener que aparecer desnudas o practicando sexo pues como dice Natasha Yarovenko, desnudar el alma es más difícil que desnudar el cuerpo, aunque la actriz ha reconocido que el guión la asustó al principio. Cuando lo recibí pasé momentos de gran inquietud, ¡sólo dos mujeres y nada más! Tuvo que ser Julio quién me explicara página a página la historia y, entonces, todo se empezó a llenar de color, de luz, de imágenes, de formas... se me disipó cualquier duda posible.
La película llegará a nuestras pantallas el próximo viernes.
Daniel Villarraso