Con el cuerpo aún destemplado y una extraña sensación de déjà vu nos movemos como zombies bajo la fina lluvia donostiarra. Conocemos el procedimiento y actuamos según lo programado: recogida de acreditación, del catálogo y programa de mano, de las correspondientes publicaciones -una sobre el cine de Don Siegel, otra sobre el panorama del cine de no ficción (antes se le llamaba documental)-, llave del casillero, aluvión de press-books, periódico del festival, chequeo de la sala de prensa, de los horarios de las proyecciones, de las ruedas de prensa y las entrevistas... café, cigarro, paraguas. Y al toro, que esto arranca.
Gatillazo en 35 mm
Y el pistoletazo de salida... fue un gatillazo mexicano. Es lo que ocurre con las inauguraciones, no hay quien las entienda. En este caso, Donosti 2010, la película en cuestión responde al nombre de 'Chicogrande (Chicogrande)' y viene firmada por el (al menos, para mí) desconocido realizador Felipe Cazals (y eso que la juventud le queda casi tan lejos como la revolución mexicana: el pasado julio celebró su 73º cumpleaños) en un intento de homenajear, precisamente, el centenario de dicha revolución encabezada por Emiliano Zapata y Pancho Villa. Para ello el film retrata la búsqueda, a cargo de dos villistas, de un médico que pueda sanar a su general que, herido en una pierna, se esconde en las montañas. Dicha epopeya disfrazada de anécdota le sirve de contraplano a las barbaridades y villanías varias que el ejército americano, a través de un tan pérfido como caricaturesco capitán, realiza sobre la población que encubre a Villa. Intereses éticos y emocionales al margen, la realidad abrasa por su imperatividad: la película es una apoteosis del cartón-piedra, de la imagen plana, un catálogo de pésimas interpretaciones al servicio de un discurso unilateral de tan escasos matices que podría hacer avergonzar a Ken Loach. Vaya, un fiasco.
Mucho más interesante, ya lo avanzábamos ayer, ha resultado la inauguración de la sección paralela Zabaltegi-Perlas, con 'Poetry' película dirigida por el ex Ministro de Cultura de Corea del Sur, Lee Chang-Dong (el cargo lo citamos a modo anecdótico: hace tiempo que las películas de este inteligente realizador nos fascinan, desde 'Oasis' (2002) hasta 'Secret Sunshine (Milyang)' (2007)). Tremebundo melodrama sobre la desaparición de la memoria y la sumisión de la culpa, la película nos muestra la tragedia de una anciana con alzhéimer que debe aceptar que su nieto ha violado a una compañera del colegio (que posteriormente se ha suicidado). Dicho así, asusta a cualquiera; pero ahí está la genialidad de Chang-dong (autor también del guión), un hombre capaz de convertir las situaciones más aberrantes en un destilado de sutileza y sensibilidad que reniega en todo momento de la lágrima fácil y del tremendismo histriónico. Parte del mérito le corresponde a su actriz principal (Chang-dong, como George Cukor, Douglas Sirk o Pedro Almodóvar, también es un gran director de actrices), Yoon Jung-hee, capaz de soportar todo el peso de la película sobre sus hombros, convirtiendo a un anti-personaje en una heroína de nuevo cuño, algo tremendamente fascinante.
Música de fondo: Beach House
Alejandro G.Calvo