Julia Roberts está en la ciudad. Oe, oe, oe. Desde su llegada anoche al hotel Maria Cristina -donde la esperaba un anfitrión de lujo: Javier Bardem- hasta la multitudinaria rueda de prensa que ha ofrecido -que se puede resumir en tres palabras: "No estoy encasillada" (y en la que Bardem ha aprovechado para confirmar que su próxima película será bajo las órdenes de Terrence Malick), todo Donosti anda enloquecido con la exitosa actriz norteamericana. Las fans se apelotonan desquiciadas a las puertas del hotel, los periodistas pisan cabezas con tan de estar más cerca de ella, los fotógrafos además de cámaras llevan guardaespaldas para que les hagan sitio y poder tirar la mejor foto. La (ex)novia de América ha venido a ser homenajeada: a que le den el Premio Donostia y a presentar de la mejor manera posible su nueva película, 'Come Reza Ama (Eat Pray Love)', un ladrillazo de tomo y lomo.
Julia y Javier a su llegada al hotel
Basada en la novela autobiográfica de la escritora Elizabeth Gilbert y dirigida por Ryan Murphy -cabeza pensante de las exitosas series de TV, 'Nip/Tuck, a golpe de bisturí (Nip/Tuck)' y 'Glee (Glee)'-, la película narra la fuga de una escritora divorciada alrededor del mundo en aras a encontrar su yo interior (o algo parecido: también podría ser la historia de una hedonista, egoísta e inmadura mujer que deja a sus amigas de 'Sexo en Nueva York (Sex & the City)' para pegarse opiparas comidas, visitar lugares exóticos y encamarse con Javier Bardem). Con una duración de ciento cuarenta minutos, 'Come Reza Ama (Eat Pray Love)' puede ser, con toda probabilidad, la película más pija del año; todo un seguido de caprichos de multimillonaria (en la película se dice que ha perdido todo su dinero, aunque pese a eso viaje durante un año por todo el planeta con todos los gastos pagados) sumida en la crisis de la mediana edad en busca de la salvación a través del contacto con culturas foráneas. Está claro que esta película tiene su público, pero al menos este cronista no se encuentra entre él.
A Raoul Ruiz hay que mirarlo en contrapicado
En el lado opuesto de la balanza (incluso del mundo) nos hemos encontrado con una auténtica obra maestra fruto del genio de alguien a quien mucha gente tenía ya olvidado: el realizador de origen chileno Raoul Ruiz. Concebida como una mini serie de seis capítulos pero proyectada en el festival como una película de cerca de cuatro horas y media de duración, 'Misterios de Lisboa (Misterios de Lisboa)', es el arte del folletín convertido en genialidad pura. Una mezcla de historias con un mismo personaje como denominador común donde se mezcla a la perfección el melodrama de época, la tragedia de orden familiar, la comedia picaresca y hasta el relato bélico. Un surtido de bellísimas historias narradas a modo de "cuentacuentos" de innegable aliento clásico (fondo) pero con alguna que otra filigrana estética (forma) capaz de hacer enmudecer a todo el público del Kursaal. En definitiva: un derroche de imaginación, creatividad e inteligencia que hacen de esta gigantesca película uno de los mejores títulos del año (y lo mejor que hemos visto y, posiblemente, veremos, en este festival). Vale la pena aplaudir a los programadores del certamen por haber inclúido el film dentro de la sección competitiva. Bravo.
Música de fondo: Flying lotus
Alejandro G.Calvo