Dino De Laurentiis, nacido Agostino en Torre Annunziata el 8 de agosto de 1919, es una figura de vital importancia en la Historia del cine, tanto del italiano (y europeo) como del americano. Al fin y al cabo este descendiente de fabricantes de pasta, sería la pieza que enlazaría el neorrealismo italiano -'Arroz amargo (Riso amaro)' (1946), 'La Strada' (1954), 'Las noches de Cabiria (Le Notti di Cabiria)' (1954)- con la nouvelle vague francesa -'Pierrot el loco (Pierrot le Fou)' (1965), 'El tigre se perfuma con dinamita (Le Tigre se parfume à la dynamite)' (1966)-, las producciones europeas de veteranos directores americanos -'La Biblia… en su principio (The Bible - In the beginning)' (1966), 'Caballos salvajes (Valdez, il mezzosangue)' (1973)- con los spaguetti westerns y los peplum -'Joe, el implacable (Navajo Joe)' (1966) y 'Barrabás (Barabbas)' (1961)- y, finalmente, el cine fantástico americano en su vertiente más pulp -'Flash Gordon' (1981), 'Dune' (1980)- y comercial -'Conan el bárbaro (Conan the Barbarian)' (1982), 'Asesinos (Assassins)' (1995).
Laurentiis empezó a producir películas en su tierra natal -en 1946 fundaría la empresa Dino de Laurentiis Cinematográfica-, trabajando con Giuseppe de Santis y Federico Fellini, donde acabaría conociendo a la que sería su primera mujer: la bella actriz Silvana Mangano, con quien tuvo cuatro hijos y a quien estuvo ligado hasta su muerte en 1989. En la década de los cincuenta, además de los trabajos ya citados, produciría películas vitales para la historia del cine italiano como 'Europa'51' (1951, Roberto Rossellini), 'L'oro di Napoli' (1954, Vittorio De Sica) o 'La gran guerra' (1959, Mario Monicelli) -en aquella época su trabajo era frenético, llegando a producir catorce películas el mismo año-, así como su primera incursión en las coproducciones internacionales: 'Guerra y paz' (1956, King Vidor).
En la década de los sesenta su producción pasó de la etapa frenética a la oligofrénica. Falsos James Bond, todo tipo de euro westerns, peplums y películas bélicas que rozaban la serie Z (entre sus fans se encontraría un joven Quentin Tarantino) acompañarían a producciones de mayor renombre (pero igual de disparatadas) como la exitosa 'Barbarella (Barbarella)' (1968) o el 'Waterloo' (1970) de Sergei Bondarchuk con Rod Steiger como orondo Napoléon Bonaparte.
Dino De Laurentiis se trasladó a los EEUU entrada la década de los setenta donde fundó "De Laurentiis Entertaining group (DEG)" y empezó a triunfar con violentas cintas policíacas como 'Serpico' (1973) o 'El justiciero de la ciudad (Death Wish)' (1974), arriesgando en proyectos más difíciles, como el 'Buffalo Bill y los indios (Buffalo Bill and the Indians, or Sitting Bull's History Lesson)' (1976) de Robert Altman, pero manteniendo la caja caliente gracias a todo tipo de películas-calaña como 'El policía, el gángster y el violento' (1974), el remake de 'King Kong (King Kong)' (1976) o cualquiera de las que produjo al dúo cómico Bud Spencer-Terence Hill. En 1975 se hizo cargo de una de sus mejores películas: 'Los Tres días del Condor (Three Days of the Condor)', adrenalínica cinta de espías que Sydney Pollack dirigió para mayor gloria de Robert Redford.
Los años ochenta arrancaron bien para De Laurentiis pues de ahí surgen algunas de sus películas más exitosas: 'Flash Gordon' (1980), 'Ragtime' (1981), 'Conan el bárbaro (Conan the Barbarian)' (1982), 'La zona muerta (Dead Zone)' (1983) o 'Manhattan sur (Year of the Dragon)' (1985)... junto algún que otro estrepitoso fracaso, caso de la cult movie 'Dune' (1984) o el debut de Stephen King como director 'Maximum Overdrive (La rebelión de las máquinas) (Maximum Overdrive)' (1985) (por no hablar de la inefable 'King Kong 2 (King Kong lives)' (1986)). En esos años el veterano productor italiano adaptaría la primera novela de Thomas Harris sobre el psicópata Hannibal Lecter: 'Hunter (Manhunter)' (1986), del hoy prestigioso Michael Mann. Curiosamente la película tuvo tan malos resultados de taquilla que De Laurentiis rechazó invertir en 'El Silencio de los corderos (The Silence of the Lambs)' (1991), acto del que se arrepentería lo suficiente como participar en la producción de todas las demás entregas de la saga: 'Hannibal' (2001), 'El dragón rojo (Red Dragon)' (2002), 'Hannibal, el origen del mal (Hannibal Rising)' (2007).
Alejandro G.Calvo