Ha muerto John Barry. Sin duda, una de las personas que mejor supo captar la esencia, tanto estética como narrativa, de un buen puñado de obras maestras de la historia del cine. Ya fuera trabajando desde el melodrama -pensamos, principalmente, en la suave harmónica que subrayaba a modo de blues callejero los andares de Jon Voight en 'Cowboy de medianoche (Midnight Cowboy)' (1969)-, el thriller clásico -o como los violines inducían bruma al desasosiego del punteado de contrabajo en 'La jauría humana (The Chase)' (1966)- , el drama histórico -donde los metales inducían una inquietante anacronía jazzística, caso de la oscarizada 'El león en invierno (The Lion in Winter)' (1968)- o el blockbuster romántico -magnífica composición, también premiada por la Academia de Hollywood, la que realizaría para 'Memorias de África (Out of Africa)' (1985), en la que Barry, más clásico que nunca, bañaba a base de bellas y suaves melodías de cuerda las exóticas imágenes de la cinta-; el compositor demostró una sensibilidad inusitada a la hora de enfatizar unas imágenes que, sin su música, habrían perdido buena razón de ser. De hecho, es prácticamente imposible intentar recordar películas como 'Nacida libre (Born Free)' (1966), 'Robin y Marian (Robin and Marian)' (1973) o la misma 'Bailando con lobos (Dances with Wolves)' (1990) sin que su música se haga presente de una forma tanto orgánica como emocional. Por no hablar, claro, de James Bond.
Los medios de información del ciberespacio han empatado en sus titulares (inclusive nosotros): efectivamente, ha fallecido el creador de la afamada sintonía que acompañaba las aventuras del agente 007. Una creación, la de "The James Bond Theme", sin duda, emblemática, que abría las puertas a la mitificada 'Agente 007 contra el Dr. No (Dr. No)' (1960), con un pegadizo ritmo jazzístico que se pretendía glamuroso y abiertamente sensual/sexual, a partes iguales. La filiación de Barry con James Bond prosiguió a lo largo de los años, creando verdaderas piezas magistrales de soul en vena como la icónicas "Diamonds are forever", de 'Diamantes para la eternidad (Diamonds Are Forever)' (1971), o "Goldfinger", de 'James Bond contra Goldfinger (Goldfinger)' (1969), ambas al servicio de la inacabable voz de Shirley Bassey.
El compositor nacido en Yorkshire (Gran Bretaña) el 3 de noviembre de 1933 falleció el pasado 30 de enero víctima de un ataque al corazón. Su música, por suerte, nos acompañará para siempre.
He aquí algunos de los ejemplos citados.
'James Bond contra Goldfinger'
'Cowboy de medianoche'
'Memorias de África'
'Diamantes para la eternidad'
Alejandro G.Calvo