Sólo los quince primeros minutos de 'Torrente 4: Lethal crisis' ya justifican la existencia de la película. Un auténtico tsunami de chistes de mal gusto -misóginos, racistas, escatológicos, absurdos hasta el tuétano- que, sin embargo, son tremendamente divertidos. La circunstancia doblega al espectador: cuando José Luis Torrente entra en escena no hay límite posible, al fin y al cabo, él es la representación/caricatura del facha que cualquier persona con dos dedos de frente odiaría, de ahí que sea tan fácil reírse de él como con él. Pero seguimos con esta primera secuencia -un banquete de boda de alto standing donde la actriz pornográfica María LaPiedra es la novia y el cantante Francisco el padre de la ídem- y su cúmulo de barbaridades para enmarcar en una antología del chiste hispánico al lado de las canciones de Fernando Esteso y Cañita Brava (otros dos protagonistas de la cinta): Torrente descubre a la novia encamándose con un camarero de la boda (al que da vida el chanante Ernesto Sevilla) y decide -un clásico de la saga- guardar silencio bajo previa felación de una destetada LaPiedra (durante la secuencia Santiago Segura está on fire y suelta una ristra de chistes a modo de ametralladora Uzi 9x19mm Parabellum) sin saber que son fotografiados por un paparazzi. A partir de ahí la cosa se complica y entre pedos, escupitajos, electrocuciones, fracturas, travestis y cocaína acaba casi todo el mundo muerto, pero para saber más, mejor ir a ver la película.
Visto lo visto se podría asegurar que Segura ha rodado la película más salvaje de la saga (aunque dicho así suene algo imposible), con un nivel humorístico cercano al de la segunda entrega ('Torrente 2: Misión en Marbella (Torrente 2, Mision en Marbella)') y con un innumerable número de cameos de famosos de distinta estofa -tertulianos televisivos como Belén Esteban y Josemi Rodríguez Sieiro, futbolistas como el Kun Agüero y Cesc Fábregas, veteranos comediantes como Tony Leblanc y Juanito Navarro y un largo etcétera de figuras de la farándula popular como Ana García Obregón o David Bisbal-; que luego la película sea un sinsentido que mezcla el thriller, la comedia burda y el cine carcelario como quien hace un gazpacho con boniatos y alfalfa es lo de menos... aquí lo importante es conseguir el mayor número de risas por minuto que se pueda. Algo que, claro, Segura consigue mediante un puñado de grandes chistes y un aparatoso relleno de cartón-piedra tan simpático como bárbaro y, finalmente, intrascendente.
En resumen, a los fans de la saga 'Torrente, el brazo tonto de la ley (Torrente)', la película les va a encantar; a los que no soporten ni medio chiste del actor de 'El gran Vázquez' les va a horrorizar. Más o menos lo mismo que ocurre con las anteriores entregas, todas ellas, recordemos, brutales éxitos de taquilla. Porque esa es otra: que a nadie le quepa duda que 'Torrente 4: Lethal crisis' va a salvar al cine español de la crisis, aunque sólo sea durante el año 2011. Y es que a tenor de las 800 copias que se van a estrenar de la película y el alto precio de la entrada (no olvidemos que la película ha sido realizada en 3-D), el amiguete Segura puede desbancar a Amancio Ortega como hombre más rico de España. ¿Qué tal quedaría un cameo del dueño de Zara para 'Torrente 5: Episodio final' anunciado en los títulos de crédito para el no-tan-próximo 2017?.
Alejandro G.Calvo