Que Zack Snyder es un virtuoso de la realización y que se ha forjado un estilo propio, ya nadie lo pone en duda. Unos inicios prometedores con 'Amanecer de los muertos', la consagración obtenida con '300', y la plenitud que significa 'Watchmen', solo podían hacer presagiar buenos proyectos de la mano del director de Wisconsin. Entonces llegó 'Ga'Hoole. La leyenda de los guardianes', que dejó algo frío al respetable, ya que se trataba de una adaptación de una serie de novelas que no gustó demasiado ni a los niños ni a los adultos. Ahora nos llega 'Sucker Punch', uno de sus proyectos más ambiciosos, que cuenta con un presupuesto de más de 130 millones de dólares.
El filme comienza con un prólogo en el que una voz en off nos introduce en la pesadilla de una joven y su hermana, que pierden a su madre, quedando así en manos de su malvado padrastro. Todo ello narrado a cámara lenta con ese estilo tan característico de narración, del que su director siempre hace gala. En dicha introducción se nos muestra como la joven, mata por accidente a su hermana, tratándola de librarla del tutor (retratado como un personaje atroz, que llega a ser casi caricaturesco), por lo que éste decide intentarla en un psiquiátrico para niñas. Un trato fraudulento con el celador, acabará con la razón de la muchacha, si finalmente se produce la lobotomía acordada.
Hasta ahí todo bien, pero no es esto lo que nos tenía preparado el director estadounidense, y es que por lo visto en el tráiler, se nos promete una historia de acción a raudales con tintes fantásticos. Es cuando nos sumergimos en la mente de su protagonista, Baby doll (interpretada por la siempre inexpresiva Emily Browning), mientras va perdiendo poco a poco el norte en la susodicha institución mental. Desde su trastornada perspectiva, ella se encuentra recluida en un salón de bailarinas de los años 50, donde un malvado propietario trata a las chicas como mercancía. Es allí donde descubre que bailando se sumerge en un sueño (si así es un mundo dentro de otro), donde se convierte en una dura luchadora, que se tendrá que enfrentar a todo tipo de peligros en su lucha por la supervivencia.
Es entonces cuando se nos muestra el videojuego que es 'Sucker Punch', unas escenas de acción propias de cualquier consola de última generación, alternadas con escenas supuestamente dramáticas de las protagonistas. De la mente de la protagonista nos trasladamos a la Segunda Guerra Mundial, donde ella y sus compañeras de baile (enajenadas mentales también, en realidad) han de arrancar un mapa de las manos de unos zombis nazis, que sobreviven gracias a las "técnicas del vapor y la relojería" como risiblemente se nos explica en la película. También viajamos en aeroplano a un castillo medieval donde unos orcos custodian a un gigantesco dragón, que esconde algo que las protagonistas necesitan para escapar. Unas escenas muy espectaculares de acción, que finalmente salvan parcialmente el filme.
Todas estas pruebas mentales a las que se tienen que enfrentar no son más que objetos que Baby doll, cree indispensables para escapar: un mapa, un mechero, un cuchillo y una llave. Por lo que cada vez que se halla que conseguir uno de estos ítems, se ha de pasar por una prueba, aunque solo se produzca en la imaginación de la protagonista, mientras esta baila (una danza supuestamente muy sexy, que nunca vemos). Todo ello a ritmo de una estruendosa banda sonora que mezcla sonidos electrónicos de Björk, con pop chicle con tintes góticos (en el que algunos temas son interpretados por las propias actrices).
Si eres un fan de los videojuegos quizá seas el público objetivo del filme, aunque si lo quieres ver son chicas guapas con armas de fuego y catanas quizás también seas el target de la película. Solo se me ocurre calificar el filme de Snyder como un divertimento de acción carente de sentido alguno, construido sobre un drama carcelario de tintes surrealistas. ¿Se convertirá también 'Superman' en un sueño dentro de otro sueño de Lex Luthor?, dentro de no mucho tendremos la respuesta. Aunque comprobando los resultados finales de 'Sucker Punch', bien podríamos decir que al director "le ha tocado el gordo".
Tomás Andrés