Algo debe tener Bélgica para haber dado tantos grandes autores de cómics a lo largo de la historia, tomar nota: Morris ("Lucky Luke"), Hergé ("Tintín", "Quique y Flupi"), Franquin ("Tomás El Gafe", "Marsupilami"), Charlier ("Blueberry"), Chappuis ("Titeuf"), Moebius ("El Incal"), Chaland ("Las aventuras de Freddy Lombard") y, claro, Peyo, el creador de "Los Pitufos" (no incluímos a los creadores de "Astérix y Obélix", Goscinny y Uderzo porque, pese a haberse conocido en Bélgica, ambos son franceses).
Esbozo primigenio de un pitufo (fotografiado en el Salón del Cómic belga)
Así que SensaCine se desplazó a la capital belga para conocer más de cerca el mundo de Peyo (1928-1992) y, para ello, nos reunimos con el escritor y crítico cinematográfico Hugues Dayez -no dudamos, en las presentaciones, en recurrir a los tópicos y a preguntarnos mutuamente por las películas de Almodóvar (icono del cine español) y los hermanos Dardenne (iconos del cine belga)-, a la postre, biógrafo de Peyo y un auténtico experto en el mundo de "les schtroumpfs", nombre original de los pequeños dibujos azulados (en España el nombre les viene de un personaje del folclore catalán: Patufet).
Imagen de La Pitufina original: morena y malvada (fue creada por Gargamel para sembrar la cizaña en el poblado pitufo)
Dayez nos contó de primera mano que la historia de 'Los Pitufos (The Smurfs)' no fue más que una serie de accidentes más o menos divertidos que "hicieron posible la ilusión de Peyo crear unos nuevos personajes a medio camino de la calidad de 'Tintín' y la accesibilidad de los mundos de Walt Disney". Casualidades como que su mujer fuera la que bautizara -tirando un salero- de forma onomatopeica a los pitufos -gruñó "schtroumpfs"-, que La Pitufina fuera una reclamación de su hija al ver que en el cómic no aparecían chicas o las razones por las que eligió el color azul para dibujarlos: "Se plantearon varios colores. El rojo no servía, los hacía parecer enfadados. Algo parecido ocurría con el amarillo: parecía que estaban enfermos. El verde era un color aceptable pero había un problema: a los pitufos no se les distinguiría entre la hierba del bosque. Así que poco a poco se fueron descartando colores hasta llegar al famoso azul pitufo".
El creador y sus criaturas
El fenómeno pitufil, empero, no se desató en su totalidad -convirtiéndose en el icono cultural infantil que es a día de hoy- hasta que los diminutos personajes de Peyo dieron el salto del cómic belga a la televisión norteamericana. Siguiendo con el carrousel de casualidades, habría que señalar que fue la hija de Joseph Barbera la responsable de que la conocida productora de series de animación Hanna-Barbera (suyas son, por ejemplo, 'Tom y Jerry', 'Los Picapiedra (The Flintstones)' y 'Scooby-Doo') se decidiera a adaptar a la pequeña pantalla el mundo de Los Pitufos. Al parecer la joven se encariñó de un peluche pitufo -en los albores del merchandising- lo que llamó la atención de su padre lo suficiente como para atreverse a lanzar la serie... que acabaría siendo un éxito sin precedentes a nivel mundial llegando a producir la friolera de 420 capítulos (de distinta duración: 15' y 30').
Los Pitufos (The Smurfs, en inglés) arrancaron su andadura en televisión en 1981
Largo ha sido el camino de las pequeñas criaturas de Peyo -no tan "pequeñas" si hacemos caso a la inscripción que existe en el Museo del Cómic Belga en el que se señala que cada pitufo tiene el tamaño de... ¡tres manzanas!- hasta llegar a la gran pantalla. Una aventura en 3D -según Dayez: "Es el formato perfecto, si tu miras los cómics originales puedes apreciar la tridimensionalidad de las figuras... ¡no como en "Tintín"!- que planta a Papá Pitufo y compañía en la ciudad de Nueva York en compañía de actores como Neil Patrick Harris ('Cómo conocí a vuestra madre) y Sofia Vergara ('Modern family'). Una pequeña herejía si tenemos en cuenta que Los Pitufos vivían en un bosque belga... en la Edad Media (de ahí el look del medievo que luce Gargamel).
Alejandro G.Calvo