Cuando Malena te comentó que iba a protagonizar '5 metros cuadrados' enseguida te interesaste por el proyecto, y no cesaste hasta estar dentro de él. ¿Cómo fue este proceso?
Fue casi como el proceso de Alex (el protagonista de la película) para conseguir su piso. Bueno no, pobrecito. Lamentablemente, y digo lamentablemente porque suele pasar muy a menudo cuando un actor funciona en un registro lo pretenden encasillar ahí, y digo lo pretendenten porque conmigo no van a poder, y solamente le ofrecen cosas similares. Yo siempre he dicho que esto es una carrera de fondo, todo llegará poco a poco. Es cierto que Malena me habla de que le ha llegado un guión maravilloso de los hermanos Remón y que va a dirigir Max Lemcke. Desde ese momento, me pongo a indagar, llamo a mi representante y le pido por favor que me consiga el guión como sea, que se lo robe a alguien, y finalmente lo consigo.
Yo pienso que las cosas no pasan por casualidad, creo mucho en las energías y en las ganas que uno proyecta. A la semana siguiente de leer el guión me voy a Tánger a un festival de cine, y allí conozco a Max, que no le conocía, pero que le admiraba muchísimo por 'Casual Day', e incluso por 'Mundo fantástico'. Después de estar en una fiesta con varias personas, nos encontramos Aitor Luna, Max y yo en un coche con dos marroquís y no sabíamos ni a dónde íbamos. Aitor se baja del coche, y Max y yo nos vamos a una discoteca de bailes árabes en un callejón oscuro. Y entonces Max, con esa flexibilidad y valentía que te da el alcohol, me dice: "tío que bien me has caído, pensaba que eras un imbécil, que eras una estrella". Y le contesté: "mucho rollo pero no me has llamado para tu próxima película". A la vuelta, me dice que lo pensará y que si me veía capaz. Le pedí que me hiciera una prueba. A la semana siguiente nos volvemos a ver en los premios Verónica Forqué y me pregunta: "¿sigues interesado?" Y le dije: "es lo que más me gustaría del mundo".
Me advirtió que la película no tenía financiación. Así que hice lo que nunca había hecho antes, irme con él de productora en productora hasta conseguir financiación para la película. Después de llamar a muchas puertas, apareció Isabel [García Peralta] y se embarcó en el proyecto. Por eso, creo que cuando algo cuesta tanto esfuerzo, y alguien pone tantas ganas al final salen cosas bonitas como las que nos están pasando con la película.
¿Cómo describirías a Álex, tu personaje? ¿Te ha resultado complicado meterte en este papel?
Álex es complicado de trabajar porque es un tío normal. Los personajes que más cuesta preparar son las personas normales. Interpretar a un asesino, un corrupto, un delincuente o un drogadicto cuesta mucho menos porque tiene un plus añadido que te sirve para arrancar. Pero el trabajar a un tío normal que se ve envuelto en una serie de acontecimientos es muy complicado.
Está muy bien escrito el personaje. Es un regalo que a un actor le llegue un personaje como este. Tiene un arco para trabajar tan bonito... Al principio es un tío normal y poco a poco sale desde dentro de él otro personaje que ni él mismo se imagina. Empieza luchando por lo que es suyo y al final, lo que más me gusta del personaje, es que sólo, abandonado por todo el mundo, sigue luchando y consigue su dignidad. Para mí, el triunfo de Álex es cuando consigue arrodillar al corrupto y que le pida perdón a su novia, Virginia. Álex es un tío normal que, como él mismo dice en un momento de la película, quiere ser feliz con las cosas básicas, no pretende nada fuera de lo normal. Y de repente, lo engañan, es víctima de un caso de corrupción inmobiliaria, y que se toma la justicia por su mano, porque la justicia no le hace ni puto caso. Yo no comparto que haya que tomarse la justicia por su mano, y menos con la violencia, pero por otro lado, es perfectamente entendible.
Para prepararte el papel, ¿hablaste con algún afectado por un problema similar?
Primero trabajé con una amiga de Alicante, que trabaja en una inmobiliaria, para que me contase si esto era así. Y después de leerse el guión me dijo que había casos peores, en los que la gente terminaba separándose y quedándose en la cama con una depresión, asqueado de vivir. Normalmente la realidad supera a la ficción. Desgraciadamente no tenías que irte a otro mundo para ver casos como éste. Leyendo noticias por Internet, viendo el telediario... desgraciadamente el mundo está lleno de casos similares. Pero sí es cierto que escuché el testimonio de un chaval de Cádiz, que creo que se llamaba Juan, que de todos los testimonios que escuché, fue el que más se acercaba a Álex. Lleva ocho años pagando un piso, no se lo han dado todavía, no sabe cuándo se lo darán, había perdido el trabajo por una depresión, el dinero que ganaba su chica era para seguir pagando ese piso. Y él lloraba diciendo que sólo quería el piso que estaba pagando para poder formar una familia. Ese fue el testimonio que más me tocó. Lo tenía grabado, y por las mañanas, mientras me peinaba de esa manera tan especial de la que se peina Álex (un homenaje a mi hermano el mayor que es como el personaje se peina igual, se viste igual, sigue teniendo el mismo peinado que cuando tenía 16 años), me ponía ese testimonio y era muy fácil tragarte todo ese dolor y toda esa angustia y luego vomitarla en el rodaje.
Después de rodar '5 metros cuadrados', ¿ves el problema inmobiliario desde otra perspectiva, como hecho más cercano?
Sí, lo veo más cercano. Por eso, yo creo que esta película es tan necesaria porque, a veces, hasta que uno no pasa por una situación así, no sabe de lo que hablamos. Aunque seas consciente de que el problema esté ahí. A mí esto me ha servido para darme cuenta de dónde estamos metidos. Y por eso esta película es tan necesaria, porque aunque nos cueste ir al cine a vernos reflejados ahí en un drama como ese. Es absolutamente necesario.
¿Qué sentiste cuando te entregaron la Biznaga de Plata al mejor actor en la pasada edición del Festival de Málaga?
Lo mismo que estoy sintiendo leyendo todas las críticas que están saliendo y cuando hablan de mí. Es lo mejor que te puede pasar cuando llevas mucho tiempo esperando a que te den un personaje así. Ahora mismo estoy pasando, o mejor dicho, estoy volviendo a pasar después de mucho tiempo por el momento más bonito de mi vida. Ahora sólo espero que esto sirva para que otra gente de la profesión no encasille con tanta facilidad a un actor. Porque me da mucha rabia que hay gente de esta profesión que no tiene ni idea de lo que están haciendo. Lo que está pasando me parece muy bonito. Sabía que un día llegaría un personaje que me colocara en otro lugar y estoy completamente convencido de que me van a pasar cosas mucho más bonitas. De hecho lo digo, quizá suene un poco egocéntrico, pero para mí sería muy injusto que no me nominaran a los Goya de este año.
Lorena Vialás