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    La entrevista más loca del mundo (a Aki Kaurismaki)

    El director finlandés nos recibió, entre cervezas y cigarros, en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián para hablar sobre su última película, la enorme 'El havre'.

    Uno podría pensar que Aki Kaurismäki le está tomando el pelo. Sino fuera por la cara, absolutamente seria, con la que va contestando las preguntas, transformando cada respuesta en un "one line joke". El encuentro con el cineasta fue en una terraza del hotel María Cristina durante el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Eran las diez de la mañana y Kaurismaki ya atesoraba, debajo de la mesa, una botella de vino blanco vacía. Antes de empezar la entrevista pidió a este interlocutor dos cosas: que le dejara cinco minutos para relajar la mente y que pidiera al camarero dos cervezas, una para cada uno. Así que con las cervezas encima de la mesa, y mientras él encendía un cigarro con la colilla del anterior, nos quedamos en silencio hasta que, simplemente, asiente con la cabeza. Arrancamos.

    ¿Cuál diría que es el significado de la vida?

    Primero naces. Luego empiezas a desarrollar tu carácter. A los nueve años ya te has definido como persona y eso es inmutable e inamovible. A los diez creas tu propio código ético. De ahí en adelante te pasas el resto de tu existencia intentando cumplir dicho código. Ese es el verdadero significado de la vida. Y no hay más.

    'El Havre (Le Havre)' puede ser tu película más optimista desde los 'Leningrad Cowboys Go America'…

    Soy un gran mentiroso

    ¿Entonces no ha cambiado nada tu visión de la vida?

    No. Es sólo que cuando más pesimista me siento, cuando menos confío en la humanidad, las películas me acaban saliendo más optimistas. Es algo complejo. No me malentiendas: a mí me gustan las personas, lo que no me gusta es su actitud. Y odio el sistema que lo rige, ya sea el capitalista o el comunista. No creo que el planeta nos aguante durante mucho más tiempo.

    ¿Entonces la culpa es de los hombres?

    Sí. Lo que no quita que pueda haber alguien bueno. Por cada tres personas que conozco, igual uno vale la pena. Siendo optimista.

    Tus películas anteriores definen muy bien la manera de ser de los finlandeses. ¿Crees que en ' El Havre (Le Havre)' retratas apropiadamente los franceses? ¿O son los finlandeses de siempre pero hablando en francés?

    No tengo ni idea. Como no hablo francés nunca entiendo qué es lo que me dicen. Así que cuando viajo a Francia a rodar lo que hago es imitar al cine francés. O al menos eso intento.

    No es habitual verte en otros festivales que no sean el de Cannes…

    No voy a ninguno. Ni siquiera sé a cuáles va mi película. Si estoy en San Sebastián es porque me cogía cerca de mi casa, en Portugal. Y porque soy el productor de la película, claro. Es una divergencia: el productor que hay en mí me obliga a ir a Cannes, el director prefiere quedarse en el bosque tomando notas alejado de la gente.

    ¿Has venido conduciendo hasta aquí?

    Exacto. Tengo a los perros y a la mujer en la habitación.

    Hablando de mujeres: 'El Havre (Le Havre)' es una película muy romántica.

    Lo sé. De hecho tiene dos finales y ambos son felices. Me joden todas esas películas que acaban siempre en final feliz, así que me dije ¡yo voy a hacer una que tenga dos!

    Hace ocho años dijiste que el cine había muerto…

    Sí. ¡Y esta película lo demuestra!

    En este momento el director detiene la conversación y reclama a su asistente, a la que pide tres cajas más de cigarrillos. Sin mirarme empieza a recitar: "Oh señor,  haz que mi hígado y mis pulmones aguanten lo suficiente para que pueda seguir bebiendo y fumando hasta el fin de mis días. Haré lo que sea, hasta renunciar a la sexualidad. No es mío. Es de Luis Buñuel."

    ¿Es cierto que todas las ideas para tus películas han sido gestadas en bares?

    Esto que te voy a decir igual no te gusta, porque no es nada romántico. Pero todas las ideas buenas vienen cuando estás cagando. En mi caso, en los lavabos de los bares (risas). Es necesario que esté solo. Si me viene una idea y alguien se me acerca, enseguida la olvido.

    Entonces lo primero que te viene a la cabeza es una idea…

    Qué va. A mí me viene toda la película de golpe. Es sólo una fracción de segundo y ya sé qué es exactamente lo que tengo que hacer. Lo malo es que luego me tengo que pegar tres meses escribiéndola, dirigiéndola, etcétera.

    ¿Cómo recuerdas ahora tus primeras películas?

    Eso fue hace demasiado tiempo. Entonces era joven, rodaba rápido, mis películas eran muy rápidas.

    ¿Muy rápidas?

    Sí, es que era joven. Ahora me sería imposible.

    Hombre, 'Leningrad Cowboys Go America' sí era una película acelerada. Y también muy loca.

    Eso es porque no había nada que contar. No teníamos historia y mucho menos guión. Era todo improvisado. Decíamos "¿por qué no vamos a rodar a la frontera mexicana?" Y para allí íbamos.

    ¿Y la próxima película?

    De momento sólo tengo un plan. Y es un plan maestro. Ahora me toca encontrar al maestro que sea capaz de hacerla. Porque yo no lo veo por ningún lado.

    Alejandro G.Calvo

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