
A Rooney Mara la conocíamos por su pequeña intervención en 'La red social' (2010) y por protagonizar 'Pesadilla en Elm Street (El Origen)' (2010), un remake que no llegó a funcionar. Hasta el momento había mostrado una apariencia de chica cándida y dulce, con su larga melena castaña y cara de no haber roto un plato en su vida. Sin embargo, para dar vida a la antiheroína de 'Millennium', ha tenido que someterse a una profunda transformación física como musa neo-punk. Ha tenido que perforarse los pezones y rasurarse las cejas de verdad: "Estaba desconcertada con esta transformación", comenta la actriz. "La depilación de las cejas fue fundamental para aportar personalidad al personaje y hacerlo parecer peligroso, huidizo".
La actriz también se sometió a diversas duras pruebas físicas. Al mismo tiempo que tuvo que rebajar su peso hasta dejarla casi escuálida, tuvo que aprender kickboxing, skateboard y a conducir una motocicleta.
El trabajo con su cuerpo ha sido fundamental para que la actriz se metiera de lleno en la piel del personaje. Los tatuajes, los piercings, su extrema delgadez, el corte de pelo... la han convertido prácticamente en otra persona. Toda una estética extrema que vincula a su personaje con todo el dolor y el sufrimiento, la rabia acumulada durante toda su vida. De nuevo vuelve a estar de moda la estética de la nueva carne, en la que a través del dolor físico, pretende alcanzarse un nuevo estado de monstruosidad casi espiritual.
Bea Martínez