La situación es grave, sino terrible. El cese de José Luis Cienfuegos como director del Festival Internacional de Cine de Gijón, en lo que presume de ser una acción política ajena a los intereses, ya no de la cultura, sino de la lógica más inmediata, acaecido ayer a primera hora de la mañana pone de relieve lo que será una gran tragedia: el fin de FicXixón, sin duda, junto a Rotterdam, Locarno y Marsella, el evento cinematográfico europeo más importante en lo que se refiere al cine independiente y de autor.
Porque Gijón era mucho más que el Sundance español. Su valentía y voluntad de transgresión hacía parecer Sundance como Disneyworld; Cienfuegos y su equipo habían logrado poner en la misma línea de fuego a los cineastas españoles de mayor relieve en el panorama contemporáneo -dónde sino se han visto los proyectos más arriesgados de Guerín, Portabella o Albert Serra-, el cine independiente americano de mayor calidad -y no sólo pienso en Kelly Reichardt o Antonio Campos, sino en cineastas más conocidos como Wes Anderson, Jason Reitman o Dito Montiel- y aquellas obras vanguardistas alejadas de los formatos más estandarizados del cinematógrafo: Jem Cohen, Peter Tscherkassky o Marie Losier... Lo he dicho infinidad de veces: si uno quería saber cuál era el estado de la vanguardia cinematográfica, debía visitar obligatoriamente el Festival de Cine de Gijón.
¿Y antes de Cienfuegos (y, no lo olvidemos, de su mano derecha a lo largo de los años: Fran Gayo, hoy programador del BAFICI, el festival cinematográfico más importante de toda Latinoamérica) qué era FicXixón? Es difícil acordarse del lejano Certamen Internacional de Cine y Televisión infantil, un evento local, simpático y de escasa relevancia en lo que se refiere a lo cinematográfico. Sin embargo, miren ahora la última edición (49ª) del certamen: con un recorte de casi la mitad de su presupuesto el festival logró tener un 20% más de ingresos que en el 2010, con 5000 entradas más vendidas (llegando a un total de 75000 espectadores; cuando Cienfuegos se hizo con el festival este poseía unos 10000) y un puñado de sesiones con el "sold out" colgado en taquilla. Y eso que no hemos hablado de las películas, entre las que se hallaban algunos de los mejores títulos del 2011: 'Take Shelter' de Jeff Nichols (ganadora de la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes), 'Faust' de Alexandr Sokurov (ganadora del Festival de Venecia), 'Declaración de guerra (La Guerre est déclarée)' de Valérie Donzelli (la elección francesa a los Oscar 2012)...
Pero todo eso ya da igual, no son más que palabras y cifras. El concejal de cultura, Carlos Rubiera, ya ha nombrado al nuevo equipo que comandará el festival: Nacho Carballo, Jesús Parrado, Jaime Vega y Jorge Iván. De momento, el único que ha hablado de forma oficial es Carballo, el nuevo director del certamen, quien cuenta en su currículum con un cortometraje y, según palabras de Borja Hermoso ayer en El País, en ser "el ayudante del ayudante de Garci". De las perlas publicadas ayer en ElCultural.es en una entrevista realizada por Carlos Reviriego nos quedamos con las siguientes: "quiero hacer una sección oficial exclusiva para la animación", "esto es el Festival Internacional de Cine de Gijón, no el Festival de José Luis Cienfuegos", "me da mucha rabia ver cómo los catalanes o los gallegos o los vascos están tan orgullosos su cine y nosotros no", "Sundance tiene una alfombra roja con Robert Redford al frente. ¿Qué más que una alfombra roja con Angelina Jolie, Keanu Reeves, etc.?", "La Seminci siempre ha sido un referente, como el Festival de Málaga y como la Mostra de Valencia", "A nivel político no me han pedido que haga nada. Y si tengo que traer a gente que sea de la izquierda, qué más da"...
Así estamos pues, de FicXixón a Málaga 3 -la Seminci ya se ocupó, tras la marcha de Fernando Lara de la dirección en el año 2004, el papel de Málaga 2... y así le ha ido-, de cine de autor a Keanu Reeves (el cómo conseguirán que venga un actor de dicha talla sigue siendo un misterio, habida cuenta de que incluso San Sebastián suda sangre para lograrlo), de plataforma del cine independiente a revulsivo del cine asturiano... Es tal la tristeza y la desazón que a uno se le quitan las ganas de seguir escribiendo. Es desolador pensar que todo ha acabado, y sólo nos queda recordar a los grandes cineastas que hemos descubierto en el Festival -de Todd Solondz a Ulrich Seidl, de Lisandro Alonso a Bruno Dumont, de Todd Haynes a Aleksei Balabanov-, la inequívoca sensación de comunión entre cineastas, público, programadores y prensa en los aledaños del Jovellanos -no hay ningún otro festival en España que haya conseguido elevar dicho espíritu festivo-, en las innumerables experiencias sublimes vividas, en cómo el festival educó nuestra mirada... Por todo ello, por todos estos años, José Luis, Fran, Alejandro, Elena y tantos otros... os damos las gracias. Y hasta pronto.
Alejandro G.Calvo