'Miss Bala' ha seguido una ruta de festivales impresionante, ¿cómo lo estáis viviendo vosotros?
Gerardo Naranjo: Es tal la velocidad que cogen las cosas que te cuesta disfrutar el momento. La verdad es que estás tan ocupado trabajando que no te da tiempo a pensar en otra cosa.
Stephanie Sigman: ¡Un poco de organización por favor! (Risas) Eres la mayor estrella en un momento y al otro te dicen "vete a tu casa a comer frijoles y guacamole".
GN: Es importante distinguir la realidad de la ficción, lo que importa de lo que es transitorio. Es mejor no creérselo.
SS: ¡Es una locura! Primero me dicen: ¡créetelo! Y luego, ¡no te lo creas!
Hablemos de la película: lo primero que llama la atención es esa extraña condición de thriller realista, que huye del espectáculo y se revuelca en la miseria.
GN: La película nace de la insatisfacción que me produce el ver como la cultura aborda el tema de la violencia en México. La "narcocultura" está tratada en las películas de forma muy banal, casi como si fuera una comedia. Por no hablar de las telenovelas melodramáticas que son capaces de insultar la sensibilidad de uno a la hora de abordar un tema tan terrible. Creía necesario acercarme de una forma más real, tratar viviseccionar la violencia que generan los narcos y sus acciones. Fue en el proceso de investigación que descubrimos que todo era mucho más triste de lo que pensábamos, todo era muy patético. De ahí que quisiéramos hacer una película que no justificar la mente de los criminales, sino tratar de verlo desde alguien que sufre dicha violencia.
SS: Todo fue muy realista. Gerardo me insistió que me despojara de cualquier tic, que no sobreactuara, no quería nada de melodrama. Todo pasaba por la contención: tenía prohibido liberar presión, todo debía ir por dentro, muy en crudo. Tuve mucho apoyo por parte del equipo porque hubo momentos en que las improvisaciones eran muy duras, muy agotadoras.
Tu personaje, Laura, se va volviendo cada vez más atonal a medida que avanza la película, como si fuera cediendo al horror.
SS: Se va muriendo poco a poco, la realidad acaba por devorarla. Es gracioso porque mucha gente me decía, "¿por qué tu personaje no coge una pistola y mata a los malos?", ¡cómo si yo no lo pensara! Pero eso no es lo que se tenía que plasmar en la película, era importante reflejar esa pasividad, esa resistencia silenciosa que posee mi personaje.
GN: Ese es el comentario social más grande que tiene la película: la lógica puede existir en las películas pero no en la vida real. No existe un manual de supervivencia contra la violencia. La sociedad no está preparada para un terror de este tipo. Eso le pasa a ella, está pasmada, totalmente superada por la situación en la que se ha visto envuelta. Esta no es una película hollywoodiense así que no responde a los códigos del cine americano: aquí no hay final feliz porque en la vida no hay finales felices.
¿Llegó a afectarte el interpretar a un personaje tan al límite?
SS: No puedes esperar hacer una película de acción sin salir un poco lastimada. Y si te vas al lado oscuro de un personaje: es fácil salir tocado /emocionalmente hablando. Y es que ni todo el apoyo del equipo pudo evitar que mi sensibilidad se viera afectada por la tremenda violencia que ocurre en la película. A veces sentía que ya no podía más pero, al final, gracia al empuje de todo el equipo, salimos adelante.
Uno de los grandes éxitos de la película es su capacidad para retratar la acción de una forma intimista
GN: Había una pretensión formal muy marcada ya desde el principio. Queríamos subvertir el género, estábamos haciendo un thriller donde jamás se conocería la mente del protagonista: no sé si llamarlo un anti-thriller o un thriller intimista. Nos comprometimos con la ignorancia de ella, decidimos saltarnos los códigos de las secuencias de acción. No queríamos filmar la gloria de la batalla sino el patetismo de los objetos cayendo. Filmábamos los resultados, no las acciones. Como en la secuencia del accidente rodada desde el interior del coche. No creo que sea necesario mostrar al monstruo para asustar, basta con que la gente le pueda ver el pie. Es un lenguaje off que espero que la gente pueda disfrutar.
No sé qué tiene el cine mexicano que se muestra en los festivales internacionales que da una imagen tan poco favorecedora de su país
GN: Es una gran pregunta. Yo creo que México es un lugar con mucha energía, tanto positiva como destructiva.
SS: Hay mucho contraste
GN: Es evidente que el crimen organizado existe y es algo terrible. ¿Qué tiene que pasar en un país para que exista tanto delincuente? Eso es porque es un lugar donde no toda la población posee las mismas oportunidades, eso crea mucha desigualdad y es ahí donde aparece la violencia. Aunque seguramente los Festivales de Cine se sientan más atraídos por ese de cine tan violento al que te refieres. Aunque es verdad que el cine mexicano que imita a Hollywood es infumable, muy vergonzoso.
Alejandro G.Calvo - San Sebastián 17/09/2011