Supongo que es complicado trasladar qué significa Cannes para un lector accidental. Quiero decir, al margen de lo que ya se ha incidido una y mil veces: el hambre, la falta de sueño, el colapso mental tras ver siete películas en un día, las maratonianas sesiones de entrevistas con todo el reparto de una película italiana, las largas colas para acceder a las salas (aquí los llaman palacios/palais); a uno le gustaría poder transmitir la épica del momento con el mayor grado de emoción que te permite una crónica escrita, no nos engañemos, a toda prisa. Ahora mismo, por ejemplo, mientras escribo estas primeras líneas de lo que será una tan intensiva (en el análisis) como extensiva (en el tiempo: once días seguidos), estoy siguiendo por el monitor que tengo a mi espalda (con el consiguiente dolor de cuello) el "photocall" y las entrevistas para la televisión del festival de todo el equipo de 'Moonrise Kingdom (Moonrise Kingdom)' (luego vendrá la rueda de prensa): el director Wes Anderson junto a los actores Bruce Willis, Edward Norton, Frances McDormand, Bill Murray, Tilda Swinton… hace un sol de escándalo mientras las estrellas de Hollywood charlan distendidas sobre lo que significa inaugurar Cannes, detrás suyo hay una gigantesca Palma de Oro decorativa, Bill Murray lleva una preciosa americana a cuadros. Pues bien: eso es afuera, donde la realidad se vuelve difusa, inaprensible. Aquí, a pie de teclado, me hayo en un zulo sin ventanas y con paredes de yeso conglomerado junto a otras doce personas en un espacio que no superará los ¿diez metros cuadrados? Y lo cierto es que soy un afortunado por, al menos, tener un sitio tranquilo donde trabajar y no estoy, como antaño, peleando por una silla, ¡por un enchufe!, con periodistas del Japón y críticos alemanes en la atestada sala de prensa que patrocina Orange… En fin, esto es Cannes, de hecho, no ha hecho más que empezar.
El jurado de la Sección Oficial presidido por Nanni Moretti
Lo más interesante de la, por otro lado sensacional, anterior película de Wes Anderson, 'Fantástico Sr. Fox (Fantastic Mr. Fox)', fue comprobar lo perfecto que se ajustaban los parámetros del cine de animación a la estética de sus narraciones. Era obvio: tanto los mundos fugaces que construye el director -el hogar los Tenenbaum, el tren que viaja a Darjeeling, el submarino de 'Life Aquatic (The Life Aquatic With Steve Zissou)'- como la manera que tienen de comportarse sus heridos personajes poseen una determinada abstracción –aquello que le confiere una entidad única e irreproducible- muy afín a la plasticidad de las viñetas de un cómic, a la libertad de acción que existe en toda película protagonizada por dibujos animados. La magia de Wes Anderson radica en dotar a dichos caracteres "tan" ficcionales de una emoción desbordante, haciendo de sus mundos un andamiaje tan sutil como frágil donde desarrollar esas historias que, no por más marcianas, dejan de resultar tremendamente cercanas.
El reparto al completo de 'Moonrise Kingdom (Moonrise Kingdom)'. De blanco, su director Wes Anderson
'Moonrise Kingdom (Moonrise Kingdom)' es, en ese aspecto, la mejor película de Anderson desde 'Los Tenenbaums, una familia de genios (The Royal Tenenbaums)'. Una historia de amor cósmica -o, al menos, que desafía al cosmos- entre dos jóvenes alienados: ella, ignorada por sus hermanos e hija de una madre infiel; él, un joven huérfano, experto Scout, que desde que recuerda ha sido maltratado por sus compañeros. Siguiendo el particular tiralíneas con el que Anderson narra sus historias -la película es un continuo vaivén de travellings laterales y frontales siempre punteados por la exquisita música de Alexandre Desplat-, la película nos sumerge en esta bellísima historia de amor narrada como una huída de todo y de todos. Los jóvenes huyen juntos a través de los bosques y los ríos, cimentando su romance a través de los pequeños detalles, mientras son perseguidos por el resto del mundo: familiares, policía, más niños scout… Es en esa huída donde se haya lo mejor del cine de Anderson: una hora de emoción contenido que acaba por desbordarse a la ribera del mar mientras los jóvenes bailan al son de "Le temps de l’amour" de Françoise Hardy. Es tan potente y bella esa secuencia que si se llega a terminar la película ahí todos nos habríamos dado por satisfechos. Pero no, aún le queda otra hora a 'Moonrise Kingdom (Moonrise Kingdom)', una hora más desigual, repleta de tan buenos momentos como de otros previsibles. No hay problema, la partida ya estaba ganada. Cómo será la cosa que para tratar de equilibrar los poderos Anderson decide soltar un cataclismo al final de la película. Pero eso ya lo dejo para cuando la película se estrene, bien pronto, por cierto: el próximo 15 de junio.
+ Todas las crónicas de Cannes 2012 by Alejandro G. Calvo
Día 1: Wes Anderson abre Cannes con 'Moonrise Kingdom'
Día 2: Jacques Audiard y Marion Cotillard se ahogan con 'Rust and bone'
Día 3: Vuelve el mejor Michel Gondry con 'The we and the I'
Día 4: Conmoción en Cannes por el desnudo de Jessica Chastain en 'Lawless'
Día 5: Michael Haneke y su canto a la vida en 'Amour'
Día 6: Trío de ases: Abbas Kiarostami, Hong Sangsoo y Alain Resnais
Día 7: La reinvención del noir en tiempos de crisis por Andrew Dominik y Brad Pitt
Día 8: De la corrección de Walter Salles ('On the road') a la locura de Leos Carax ('Holy motors')
Música de fondo: Dominique A
Alejandro G.Calvo
Moonrise Kingdom