Falló el pronóstico temporal e hizo un sol de narices dos días antes de que la huelga general ponga en pause al Festival y deje a los cronistas desplazados pululando como zombis en busca de material audiovisual por consumir. Quizás por eso hacemos acopio de visionados, así que todo lo que me dejo colgando por falta de tiempo trataré de incluirlo en la crónica que aparecerá el próximo jueves. Y ahora, vamos con las dos películas vistas en la sección oficial competitiva: 'El artista y la modelo' de Fernando Trueba y 'Foxfire' de Laurent Cantet.
Fernando Trueba y Jean Rochefort en la rueda de prensa
El artista y la modelo
Empezamos con el oscarizado director madrileño quien en su nueva película ha optado por una opción, a priori, bastante arriesgada: rodar en blanco y negro un relato sobre la creación artística, con sus tiempos muertos, sus silencios, sus alegrías y sus decepciones. En los últimos años Trueba ya ha ido coqueteando con distintas formas artísticas a la hora de regenerar una carrera que hasta 'La niña de tus ojos' (1998) (inclusive) estaba básicamente centrada en distintos tipos de comedia (madrileña, costumbrista, afrancesada, etc). Así se adentró tanto en el documental musical –'Calle 54', 'El milagro de Candeal'-, como en el drama literario –'El embrujo de Shanghai', 'El baile de la Victoria'- y en el cine de animación –'Chico y Rita'-, en una huída hacia adelante donde abundan más los fracasos que los aciertos. De ahí que no sorprenda que 'El artista y la modelo' sea una nueva vuelta de tuerca en la obra de un autor con ganas de reinventarse. Contando con, básicamente, dos personajes: el artista (gran Jean Rochefort) y la modelo (chispeante Aida Folch), la película sería una versión mainstream algo renqueante de lo que sí lograra Víctor Erice en 'El sol del membrillo'. No quisiera que se me malentienda: Trueba apunta al gran público y, para ello, ha creado una extraña pieza que, pese a tener grandes momentos cinematográficos –el más relevante sería la charla de los protagonistas alrededor de un dibujo a mano de Rembrandt-, acaba tendiendo más al gesto esteta que al milagro de la creación al que apuntaba. Trufada con un simpático anecdotario circundante –para algo tenemos a Chus Lampreave en el cast- que oxigena las largas sesiones de cincelado y modelaje del estudio, 'El artista y la modelo' acaba bailando entre dos aguas a contracorriente: la de la belleza del despertar a la vida de ambos protagonistas –mientras una aprende sobre arte, el maestro se ve sorprendido por las convicciones políticas de la joven- y del ensimismamiento a la hora de buscar la belleza del plano por el plano. Carlos Boyero dice que es la mejor película del cineasta.
Laurent Cantet y sus actrices: Madeleine Blisson y Katie Cosini
Cambio de tercio y vamos con Laurent Cantet, uno de los grandes cineastas franceses de la actualidad que, con su última película hasta la fecha: 'La clase' (2008), se alzó con la Palma de Oro del Festival de Cannes. El cineasta, al que hemos entrevistado esta mañana, se ha referido a su nueva película, 'Foxfire', como un cambio "relativo" en su obra, puesto que él "trata de desarrollar cada película en función de las exigencias del guion". Dicho y hecho, 'Foxfire' no podía ser más distinta a películas como 'El empleo del tiempo' o 'Hacia el sur', puesto que sitúa su acción en la América profunda de los años cincuenta adaptando la estupenda novela de Joyce Carol Oates "Foxfire: Confessions of a girl gang". En ella se relata las aventuras y desventuras de un gang de chicas marginadas por la sociedad que, provenientes de familias desestructuradas son continuamente vejadas por los hombres de su pueblo, ya sean figuras paternales (familiares, profesores) o jóvenes de su edad (llegando a la violación); acaban por unirse y plantar a cara con unas formas entrañablemente gangsteriles –de hecho es como una película de gángsters sustituyendo a los hombres del traje gris por unas riot grrrrls de armas tomar-. La obra funciona de la misma forma que lo hacían películas tan extrañas como 'The Newton Boys' de Richard Linklater o 'Lone Star' de John Sayles: anclándose en ese abigarrado territorio indie que poco o nada tiene que ver con lo que sale del Festival de Sundance. Una película entrañable, valiente y perfectamente disfrutable que se beneficia de la frescura de un puñado de actrices fascinantes (en su libertad creativa). La vieja guardia de la crítica verá el gesto como una traición a las fricciones metalingüísticas que borran los parámetros de los géneros blablablabla… No se dejen engañar: Cantet ha dado en el blanco.
Música de fondo: Dirty Three
Alejandro G.Calvo