¿Cómo sería 'La Chinoise' si en vez de haberla dirigido Jean-Luc Godard lo hubiera hecho Eric Rohmer? Esa sería una buena premisa para abordar la última película del prestigioso realizador francés Olivier Assayas, 'Après Mai'; su particular retrato de los jóvenes franceses post-mayo del 68 en un film que ahonda en el devenir del pensamiento radical político a medida que los años van cayendo y uno se debate entre sus convicciones y sus aspiraciones personales más comunes (trabajo, matrimonio, hijos, etc). Assayas, claro, sigue manteniendo intacto su portentosa cinética narrativa, una cascada de imágenes y reflexiones que bombardean continuamente al espectador, manteniendo idéntica fiereza tanto en las secuencias donde predomina la acción política como en aquellas en las que se deja mecer por el romanticismo más sensual. Y es que 'Après mai' es, probablemente, de las películas más románticas que ha rodado jamás Assayas –de hecho, lo es tanto, que parece más una película de su ex pareja Mia Hansen-Love-, una obra idealista, amarga y, claro, rohmeriana que es tan capaz de deslumbrar por sus hallazgos como de hastiar por su retórica discursiva. Un complejo equilibrio del que el firmante de 'Demonlover' sale indemne –al contrario de lo que ocurría con 'Low life' de Nicolas Klotz, donde uno acababa odiando a todos esos hieráticos modelos de cuerpos citando a la Internacional Situacionista- al implicarse directamente en la causa que persiguen sus jóvenes revolucionarios. Al final 'Après mai', desde su propio título, no es más que el triste retrato del final de la utopía, de la muerte del sueño, del fin de la adolescencia y de todas esas cosas que hacen que uno sienta tristeza cada vez que mira al pasado. La película ha sido comprada en el Festival para su distribución en España. A celebrarlo.
Olivier Assayas presenta la película en Zabaltegi-Perlas
Por otro lado toca hablar de la película peor recibida, por el momento, en la sección oficial competitiva, la coproducción italiano-española 'Volver a nacer (Venuto al Mondo)' de Sergio Castellitto. Recibida por la prensa con pitidos, risas (donde no tocaba reírse), pateos y algún grito de "¡Castellitto poeta!", nada bueno augura para esta película cuyo mayor pecado es su exceso de ambición, tanto en la forma (una lírica cercana al cine de Isabel Coixet) como en el fondo (un complejo argumento que mezcla la guerra en Sarajevo, los amores trágicos, la imposibilidad de tener hijos y la música de Nirvana). Lo mejor de la cinta sería la interpretación de una Penélope Cruz mucho más entregada que en sus aventuras americanas –de 'Piratas del Caribe 4' a 'A Roma con amor'- y aquellos momentos donde se plantea de forma íntima la extraña relación que, en ocasiones, existen entre los padres y los hijos. El resto es, por desgracia, algo cercano a un despropósito sobre el que tampoco hace falta seguir haciendo leña.
Guapísima Penélope (nos quedamos sin entrevista, por cierto)
Cerramos con otro título a competición oficial: 'El atentado (The Attack)' del director Ziad Doueiri, que cuenta en su currículum con ser el operador de cámara de las primeras películas de Quentin Tarantino y Robert Rodriguez. La película, que adapta el best-seller homónimo de Yasmina Khadra, se adentra en el conflicto palestino-israelí desde la perspectiva de un prestigioso cirujano cuya mujer es responsable de un terrible atentado suicida. Rodada con notable nervio y con un carácter integracionista, destaca sobre todo en sus primeros minutos, es decir, cuando más cerca está de ser un thriller a lo Paul Greengrass. Es una lástima que a medida que avanza la acción ésta pierda pulso e interés, convirtiéndose en el enésimo retrato que tenemos de un conflicto que, desgraciadamente, sigue sin tener fin.
Música de fondo: Cate Le Bon
Alejandro G.Calvo