Probablemente era la película más esperada del festival. Recibida en Toronto con un alto promedio de críticas favorables, algunas de ellas decían que 'Lo Imposible (The Impossible)' era mejor que 'Más allá de la vida' de Clint Eastwood, todos teníamos ganas de comprobar si el exitazo (sobredimensionado) de 'El orfanato' iba a tener continuidad en la gran aventura americana de Juan Antonio Bayona. Normal que desde las ocho de la mañana los periodistas se agolparan a las puertas del K1, no fuera a ser que alguien se quedara fuera del único pase de prensa programado. Más si tenemos en cuenta que su protagonista masculino, Ewan McGregor, es uno de los cinco Premios Donostia de San Sebastián 2012 (nota: Naomi Watts está infinitamente mejor que el actor de 'Trainspotting' y 'La amenaza fantasma').
Juan Antonio Bayona a su llegada al hotel
Lo Imposible
Una vez vista la película he de reconocer que el sentimiento que te queda es ambivalente. De victoria y de derrota, de alegría y de tristeza. En lo positivo hay que remarcar lo obvio: la producción de la cinta, que retrata el tsunami que arrasó la costa de Indonesia en el año 2004 –aquí habría que recordar que ya hay una cinta estupenda que aborda dicha catástrofe, la francesa 'Vinyan'-, es de primer nivel. La recreación del terrorífico fenómeno ambiental que sesgó la vida de cientos de miles de personas es tan potente que acerca 'Lo imposible' a ser algo parecido a un 'Titanic' español: un éxito en lo espectacular de las imágenes volcadas, pero excesivamente desasosegante en el devenir melodramático circundante. Superado el tsunami a Bayona le quedan los personajes moribundos, luchando por salvar sus vidas en una larga carrera para encontrar a sus familiares perdidos. Sin embargo la contención programada acaba por desbordarse: hay mucha tragedia, obviamente, pero el tratamiento que se da de ella cae en lo excesivo, en la búsqueda descarnada de la lágrima del espectador, creando diversos clímax a lo largo del relato y siendo todos ellos puntuados por una banda sonora pesadamente grandilocuente. El drama "bigger than life" que narra 'Lo imposible' es pura épica melodramática, un éxtasis sanguinolento que ahonda en demasía en las heridas abiertas y juega de forma desafortunada con el azar que hace que familiares que comparten un mismo plano no lleguen a encontrarse (esos planos a lo Julio Medem son netamente autodestructivos). Es evidente que Bayona tiene una larga carrera por delante, presumiblemente, en Hollywood (en España el cine va a desaparecer en un par de años); y tiempo tendrá de aprender de los errores y de llegar a hacer esa gran película que todos deseamos.
John Hawkes, todo un gentleman, además de un soberbio actor
Seamos sinceros: basta leer el argumento de 'Las sesiones (The Sessions)' de Ben Lewin para salir huyendo de la sala de cine. A nadie creo que le interese saber del despertar sexual de un enfermo de poliomielitis que vive encerrado en un pulmón de acero y que cuya movilidad se reduce exclusivamente a la cabeza. Si además está basada en hechos reales, probablemente sea lo peor de lo peor (cuánto daño hizo el Amenábar de 'Mar adentro'). Pero la vida te da sorpresas y resulta que 'Las sesiones' es un film, en muchos aspectos, ejemplar. Partiendo de lo mismo que le criticaba a 'Lo imposible', si hay algo que hace que el visionado de la película de Lewin sea un éxito es su perfecta contención dramática. Es esta una película ligera, de buenas interpretaciones –magníficos John Hawkes y Helen Hunt, el primero tiene todos los números para llevarse una nominación al Oscar-, con el suficiente humor para que el contenido dramático no ahogue la narración, pero tampoco abusando de él como para que la historia pierda credibilidad. Un equilibrio extraño, inestable y algo incómodo que hacen que una película que debería horrorizarnos acabe, por el contrario, gustándonos.
Música de fondo: Jonathan Keevil
Alejandro G.Calvo