Matt Damon está en el punto de mira de la industria energética estadounidense. No es que el actor se haya convertido en un concienciado ecologista, sino porque su próxima película, Promised Land, dirigida por Gus Van Sant, tiene mucho que ver con las prácticas de este tipo de compañías.
Al parecer, como se asegura en el Wall Street Journal y como recoge The Hollywood Reporter, los directivos del sector están preocupados por la visión que se ofrece en la cinta de la industria energética. Y es que la película se centra sobre todo en las consecuenciasde una controvertida técnica para extraer gas llamada fracking. La técnica consiste en la inyección a presión de algún material como agua con arena o productos químicos en el terreno para ensanchar las fracturas y vetas del sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo y así favorecer su salida hacia el exterior.
En Promised Land, Matt Damon interpreta a un vendedor de una compañía de gas que llega a una comunidad en Pensilvania para hacerse con los derechos de perforación de esas tierras. La cinta está asimismo escrita por Damon y por John Krasinski y todavía no tiene fecha de estreno.
Paula Arantzazu Ruiz