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El pasado jueves 22 de Noviembre, entrevistamos en exclusiva a la directora de Nana, película del Festival 4+1, celebrado en Madrid, con el fin de que el cine de autor tenga cabida y visibilidad entre el público y los cineastas y que no solamente lo tengan las grandes producciones.
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Entre tantos cineastas ''invisibles'', contamos con la presencia de Valerie Massadian, la cual nos concedió una entrevista en exclusiva en dónde pudimos adentrarnos más en su persona y en su largometraje, el cual no ha dejado indiferente a nadie. Se trata de una película en la que una niña de tan solo cuatro años es el eje central de toda la cinta. A través de Nana (Kelyna Lecomte), el espectador se adentra en su mundo, un mundo que ha ido creándose ella, alejado del de su madre. Más que una niña, podríamos decir que se trata de una mujer porque es capaz de todo.
Al preguntarle acerca de dónde venía la historia, Massadian nos dijo que venía de su "cabeza loca'' después se rió y dijo "es broma; surgió del deseo de grabar allí, en ese lugar, con esos hombres y en ese mundo. Surgió como un homenaje a un mundo que va desapareciendo, unos valores humanos que son la simpleza, la sencillez de las relaciones y la conciencia del otro, cosa que desaparece en las sociedades modernas en las cuales el hombre se aplasta y se desprecia". "También surgió del deseo de trabajar con un niño". Nos surgió una cuestión que venía a colación de esa respuesta y le preguntamos acerca del trabajo con la niña. Valerie nos dijo que en el trabajo con la niña "no hubo improvisación para nada", que todo se trataba de "una relación de juego, en la que partíamos de una situación tonta. Por ejemplo le decía: si quisieras instalar tu cama ahí ¿sabrías hacerlo? y en el caso de una niña como Kelyna, una niña fuerte, resistente, perseverante…pues te mira a los ojos y te dice pues claro que sí, aunque no pueda hacerlo".
En el film, pudimos ver como la naturaleza era muy importante para Valerie Massadian y esta nos comentó que para ella "hay una arrogancia frente a la naturaleza". Además, relaciona tanto a la naturaleza como a la niña diciendo que se trata de "una naturaleza que no está domesticada, que está salvaje igual que la niña".
Al preguntarle acerca de si se consideraba una cineasta intuitiva o más bien reflexiva, ella nos dijo tajantemente, que se consideraba "una cineasta intuitiva (…), yo recibo las cosas físicamente y luego las pienso; pienso con mi cuerpo y después con la cabeza". Massadian nos confesó que era capaz de desmayarse delante de un cuadro.
También le preguntamos si estaba de acuerdo con que su película no se trataba de un cuento de hadas y ella nos respondió entre risas: "vale sí; hay un gran espíritu pero no es un hada".
Para concluir con la entrevista le preguntamos si tenía en mente más proyectos y ella nos dijo que lo único que le importaba era poder "pagar el alquiler". "No sé si será ambicioso. Yo lo que quiero es trabajar con otra niña, pero esta vez con una niña de 12 ó 13 años que está en otra frontera. Esta niña de 4 años ha estado en la frontera entre la niña salvaje y la niña doméstica y con 12 años es una niña que está en la frontera de tener un cuerpo, un sexo y no saber qué hacer con él. Entonces estoy escribiendo; quiero ganar un poquito más; entonces bueno, no sé si será ambicioso pero ya veremos".
Así concluyó la entrevista; una entrevista que nos permitió profundizar en su mundo y en la visión que tiene acerca de el.
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