¿Eres aficionado a los nuevos gadgets electrónicos?
Más o menos.
¿Cuál sería tu favorito?
El i-Phone
Se cumplen 25 años del inicio de la saga, mirando en retrospectiva los títulos ¿cómo te sientes respecto a ellos?
No he logrado olvidar ninguna de las películas de "la jungla", ¡me gustan todas! Tampoco te podría decir "ésta es la mejor de todas", porque sería injusto. Yo viví de forma muy especial la primera de ellas, pero es que entonces prácticamente era un actor debutante. Quiero decir, ya había hecho cine antes, pero nunca nada parecido a La jungla de cristal. Creo que es algo alucinante el poder realizar tantas películas sobre un mismo personaje. Todo ello intentando evitar repetirte y aun así seguir siendo divertido. Siempre peleando porque no pierda fuerza tu personaje. Hay un montón de gente a la que no puedes decepcionar, que esperan lo mejor de ti. Y sé que hay películas de la saga que no gustan a todos por igual, pero nosotros tratamos de hacer que cada secuela sea tan chula y entretenida como la película original.
¿Y a un nivel más personal?
Casi cada día me toca hacer balance de lo que he hecho en mi vida. Piensa que estoy metido en tantas sagas y proyectos que es normal que la prensa siempre me acaba preguntando por mi pasado. Y el resultado es que… ¡no sé nunca qué decir! No creo que pueda explicarlo. Divagaría demasiado: “sí, iba a hacer esto, pero luego surgió esto otro y al final me metí en aquello y, de rebote, acabé en Hollywood”. Aquí la clave es que nada de lo que hecho ha sido premeditado. Yo simplemente me he dedicado a actuar. Empecé en New Jersey, luego en Nueva York, luego en el off-off Broadway y, al final, acabé en California. Cuestión de suerte.
¿Sólo buena suerte?
Sí. ¿Cómo lo llamarías tú? Creo que es únicamente eso, buena fortuna. Soy extremadamente suertudo, tengo un trabajo que jamás me ha dejado de gustar, que me ha hecho probar cosas nuevas y que por más errores que haya cometido ¡jamás me ha dejado de faltar!
¿Qué recuerdas del trabajo con Renny Harlin en La Jungla 2. Alerta roja?
Bueno, hacía mucho frío (risas). ¿Recuerdas la camiseta de tirantes que llevaba? No sé si te acordarás pero tenía que correr de por encima de una pista de aterrizaje cubierta entera por la nieve, ¡sin zapatos! Y todo porque a alguien se le ocurrió que tenía que haber nieve en la película. Fue una idea que, por cierto, le costó al estudio unos siete millones de dólares extra. Y es que ese año no nevó y tuvimos que desplazar todo el rodaje hacia el norte para encontrar nieve de verdad. Y en el sitio más frío que encontramos: ahí rodé la escena.
¿Cómo llevas el ser tan golpeado en estas películas?
Ni idea. Supongo que es una cosa de machos. Es tal el desafío de no andar quejándote que al final te callas todo: "No, estoy bien. No hace nada de frío" (risas). Algo absolutamente estúpido, una cuestión de pundonor que no va a ninguna parte. Al final acabas siempre compitiendo contigo mismo y esa es, en el fondo, la clave del éxito para resistir en un mundo como Hollywood durante tanto tiempo. Es una competición continua: el tratar de hacerlo cada vez mejor, cada vez más divertido (o cada vez menos divertido), cada vez más serio, cada vez más de lo-que-sea. Se trata de que cada vez tienes que hacerlo mejor.
¿Y no has competido nunca con otros actores? Como por ejemplo hicieron en su día Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger.
No estoy seguro de que compitieran entre ellos. Piensa que Arnie y Sly son muy buenos amigos, incluso cuando todo el mundo decía que eran rivales. Es cierto que no se parecen mucho, que cada uno tiene sus ideas, pero aun así son grandes amigos. Y el hecho de que, por fin, puedan estar haciendo películas juntos es absolutamente fantástico.
Schwarzenegger, Stallone y tú marcastéis época en el cine de acción de los 80 y los 90. ¿Crees que ha habido alguien capaz de heredar vuestro trono?
Desde luego. Hay nuevos actores jodidamente buenos, como Jason Statham.
Pero no tan icónicos
Bueno, esperemos a ver qué tal se lo hace Jason. Él es muy bueno y muy eficiente en su trabajo. Y mira Daniel Craig, es otro tío bastante duro, él solito ha reinventado un género. ¡Ha hecho que me vuelvan a gustar las películas de James Bond! Es algo muy grande. Sé que es difícil llegar a convertirte en alguien tan mítico como Arnold Schwarzenegger, por supuesto, ¡si hasta ha sido gobernador de California! Lo cual, sinceramente, es lo más increíble que he visto en mi vida.
¿Has pensado alguna vez en dedicarte a la política?
No. Bueno, sí. Pero sólo en lo que dura pensar esta respuesta. Es algo cíclico, ¿sabes? Vosotros me lo preguntáis y yo pienso en ello por unos segundos. Luego enseguida lo descarto (risas). Y, entre tú y yo, hice un montón de cosas de chaval que hacen que sea inviable que yo me dediqué a la política (risas).
¿Cuál es el secreto para ser un héroe de acción?
Bueno, creo que la pregunta no es correcta. La buena sería: ¿cuál es el secreto para entretener a la gente? La acción puede provenir de muchos sitios distintos: puede ser un choque de coches, el peligro de que alguien vaya a morir, el que tu vayas a saltar desde una ventana muy alta, el fuego provocado por una explosión… Pero también creo que acción, o al menos la mejor acción, es aquella en la que apenas hay diálogo, cuando sólo es cuestión de miradas, de quedarme quieto pensando qué debo hacer. Ese tipo de acción intensiva me resulta mucho más interesante. Al menos, es más interesante que ir disparando balas mientras vas corriendo por la calle.
En La jungla. Un buen día para morir hay un componente dramático importante en lo que se refiere a la relación padre-hijo. ¿Habrá una Jungla 6 en la que la relación sea abuelo-nieto?
Bueno, en la última Jungla ya tocamos ese tema con Mary Elizabeth Winstead, pero en esta la cosa va únicamente de la relación con mi hijo, con el que supone que no me llevo bien desde que tenía 13 o 14 años. Había una línea de guión que finalmente se descartó y explica como mi hijo provocó un incendio en Philadelphia y acabó en la cárcel. Entonces tendría unos 15 años y de ahí viene todo el enfado. Una lástima que al final no aparezca en la película. Creo que es importante que la parte dramática se desarrolle correctamente en estas películas. Además, ¡me gusta mucho mi hijo en la ficción!
La jungla de cristal
John McClane es uno de los policías más famosos de Nueva York. ¿Cómo te sientes cuando tienes un encontronazo con un policía real?
Adoro a los policías. Amo a los policías de Nueva York. Ellos hacen un gran trabajo, es una ciudad muy dura. Siempre que me encuentro con ellos aprovecho para hablar, para ver cómo les va y ellos me suelen agradecer que les represente de una forma tan positiva en la pantalla. La cosa es que no sé si les hago quedar bien, piensa que en más de una ocasión mi personaje no sigue las leyes al pie de la letra (risas).
¿Te perdonan las multas?
Bueno, yo nunca conduzco en Nueva York.
¿Pero eres un buen conductor?
Lo soy. Aunque llevo un año sin conducir.
¿Y qué tal llevas envejecer?
Ni idea. No noto grandes cambios: llevo la misma ropa, hago las mismas cosas y sigo trabajando sin parar. Y también me sigue gustando mucho comer. No sé. Quizás sí debería admitir que, en un par de ocasiones durante el rodaje de la película, al caer desde cierta altura no aterricé en las mejores condiciones posibles. Pero no creo que sea culpa de la edad, es sólo que caí con pie equivocado (risas).
¿Qué consejo le darías a Jai Courtney? ¿Será tu relevo en la saga?
Esto me lo han preguntado mucho y mi respuesta siempre es la misma: no lo creo. Pienso que aún podemos hacer una nueva película juntos. Que mi hijo fuera el relevo nunca estuvo en los planes, sino un desarrollo lógico de la trama. En la cuarta parte apareció mi hija y en esta mi hijo. Así que lo que supongo que tengo que hacer es, ¡tener más hijos!
Esta mañana entrevistamos a Jeremy Irons y nos dijo que te saludáramos.
Como quiero a ese tío.
La Jungla: Un buen día para morir
Sid Birdy (traducción Daniel Villarraso)