En declaraciones a Vulture, el director Sam Raimi ha acusado a la compañía Blizzard Entertainment de una "mala gestión" en lo que se refiere a la adaptación cinematográfica del videojuego estrella de la empresa World of Warcraft.
"En primer lugar, me preguntaron si yo quería hacer la película e inmediatamente respondí que sí, ya que amo el videojuego. Pero después leí un guión escrito por los chicos de Blizzard y no acabó de convencerme. Les dije que yo quería hacer mi propia historia, con la ayuda del guionista Robert Rodat (responsable del libreto de Salvar al soldado Ryan o El patriota, entre otras), y aceptaron" comenta Raimi.
El director prosiguió hablando de los detalles que dieron al traste con la producción: "una vez teníamos finalizado el guión nos dimos cuenta de que la compañía nunca lo iba a aprobar. Nos dieron a entender que querían contar la historia de una manera diferente a la que ellos tenían en mente. Tras nueve meses trabajando en el proyecto nos dimos cuenta de que teníamos que volver a empezar de cero. Al final nuestra paciencia se agotó, a causa de una mala gestión por su parte. Creo que tenían que haberme comunicado desde un principio que iban a vetar nuestra versión. ¿Qué tenían miedo a decirme?".
Blizzard Entertainment no ha hecho ningún comentario oficial a las polémicas declaraciones de Raimi. Sin embargo, Rob Pardo (jefe creativo de la compañía) ha usado su cuenta en Twitter para afirmarse al respecto diciendo: "no quiero crear polémica, pero de cada historia siempre hay dos versiones".
Finalmente el encargado de llevar a la gran pantalla el popular videojuego será Duncan Jones (responsable de Moon y Código fuente), basándose en un guión de Charles Leavitt. El filme contará con un presupuesto de más de 100 millones de dólares y comenzará a rodarse este año con vistas a su estreno en 2013. Raimi acaba de lanzar a nivel mundial su nueva película: Oz, un mundo de fantasía.
Oz, un mundo de fantasía
Tomás Andrés