Saritísima era diva entre las divas. María Antonia Abad Fernández, más conocida como Sara Montiel (Campo de Criptana, Ciudad Real, 1928), ha fallecido hoy lunes por la mañana en su apartamento de Madrid a los 85 años de edad. La actriz se habría encontrado mal y, al dirigirse al domicilio para reanimarla, su médico personal ya se la encontró muerta. Montiel estaba acompañada en ese momento de su hija Thais.
Sara Montiel, actriz de cine y cantante española, saltó a la fama al protagonizar El Último cuplé (1957) y fue la primera intérprete española en probar suerte en Hollywood, tras triunfar previamente en México y convertirse allí en la reina del melodrama en una época en que México vivía su particular era de oro cinematográfica. En Hollywood trabajó con varios de los grandes galanes de entonces, de Gary Cooper, a Burt Lancaster, Mario Lanza, Vincent Price y Charles Bronson, y allí conoció al que fue su primer marido, el cineasta Anthony Mann, quien la dirigió en Dos pasiones y un amor (Serenade), y con quien estuvo casada siete años. Su debut en la meca del cine vieno de la mano de Robert Aldrich y Veracruz, junto a Cooper. Tras esa película vendría la dirigida por Mann y más adelante Yuma, de Samuel Fuller. Durante sus años en Hollywood, Sara se codearía con estrellas de la talla de Elizabeth Taylor, James Dean, Alfred Hitchcock o Marlon Brando.
De vuelta a España, Montiel trabajó en múltiples películas, entre ellas, la famosa El último cuplé, que la transformó en la actriz española mejor pagada y más taquillera de la historia. Cuando rodó La violetera, consiguió un salario de un millón de dólares por aquella película, un sueldo inaudito para la España de la época. A partir de entonces, hizo una decena de filmes, entre ellos Mi último tango, La dama de Beirut, Tuset Street, Varietés y Cinco almohadas para una noche, su último trabajo. Dejó el cine cuando la industria española se abría de par en par al destape, movimiento que no le interesó porque, según declaró en su día, le parecía vulgar.
Modelo de superestrella hecha a sí misma de las que ya no abunda, Montiel también es muy recordada por su faceta de cantante. Canciones como Fumando espero y Bésame mucho convirtieron a la manchega, además de su labor como actriz, en un icono sexual y artístico de la cultura española de la segunda mitad del siglo XX.
Paula Arantzazu Ruiz