Se acabó el festival de Cannes (falta el palmarés, que llega mañana), al menos, para lo que este cronista supone. Han sido once días de locura absoluta: dormir como máximo cinco horas al día, comer fatal, aguantar eternas colas (con y sin lluvia), enfrentarnos con el cerebro al 20% a películas que requerían un 200% de funcionabilidad, discutir un millón de veces con otros críticos que si ésta película es buena o es mala, sucumbir al sueño en el momento más inesperado -a mí me pasó con Bastards de Claire Denis, y eso que la película me estaba gustando-, estar con el twitter conectado durante todo el día (cuando me llegue la factura del roaming voy a echarme a llorar), tener que oír que te has perdido "la película del festival" pese a ver rozado las cuarenta proyecciones... vaya, lo habitual, ya lo avisé al principio de todo (parece que hayan pasado dos meses) con mi guía de supervivencia para Cannes 2013. Por lo que a mí respecta, un placer. Además de mi cariño ilimitado hacia los que me han estado siguiendo las crónicas, día tras día, desde su casa. Espero no haberos aburrido. Y ahora, vamos con las últimas tres películas.
James Gray y la actriz Marion Cotillard
Decía James Gray de The Immigrant que era su mejor película, lo que ya nos puso en guardia a todos. Al fin y al cabo el firmante de Two Lovers y La noche es nuestra es, sin ningún lugar a duda, uno de los cineastas en activo más talentosos y brillantes del cine norteamericano contemporáneo. En su nueva película viaja a 1921 para contarnos la llegada a América de una mujer polaca (Marion Cotillard) -la película tiene un arranque que recuerda/homenaje a la llegada de Vito Corleone a Nueva York en El Padrino. Parte II- que es acogida por un proxeneta (Joaquin Phoenix) y obligada a ejercer de prostituta para así poder pagar la "libertad" de su hermana, que se encuentra hospitalizada y a punto de ser deportada a su país de origen. Bajo esa premisa Gray despliega un seguido de todopoderosas imágenes -las referencias cinematográficas se disparan: Robert Bresson, Terence Davies, Elia Kazan, King Vidor...- de aroma indefectiblemente clásico pero de estilo indudablemente moderno. La puesta en escena de The Immigrant es tan buena que puede llegar a dislocarle a uno el cerebro, un reencuentro con el mejor cine americano de los años setenta al que, si hay que ponerle algún pero, surgiría de cómo se debilita el argumento a partir de la aparición del tercer vértice protagonista (en Gray, todo son triángulos). La presencia del primo-conquistador (Jeremy Renner) a la hora de desestabilizar la incipiente relación de dependencia entre proxeneta y prostituta adquiere un tono inusitadamente ligero, accidental, de escasa credibilidad. Una falta de entidad dramática que puede llegar a cortocircuitar el flow de la película... sino fuera porque Gray sigue lanzando secuencias deslumbrantes, hasta llegar al irremisible plano final de la cinta. Eso quizás nos valdría para cualquier otro realizador, pero Gray no juega en la liga de Luhrmann, Soderbergh o Sorrentino (por citar otros directores de la competición oficial), su cine, sin emoción, no se concibe como tal. A la salida de la proyección a uno le quedaba la sensación de haber paladeado una obra fallida pero, ojo, porque la mayoría de las películas fallidas son las que acaban, con el tiempo, convirtiéndose en las verdaderamente importantes. Ahora mismo me es imposible valorar eso con exactitud (de hecho, no tengo el cerebro para valorar nada de nada, ¡pero es mi trabajo!). Así que habrá que esperar a poder volver a verla (repetiría hoy mismo), para poder enfrentarse a ella sin tanta presión, tanto sueño y tanta tontería. Y lo dicho aquí vale no sólo para Gray, sino para las 37 películas que he visto en este festival.
Mads Mikkelsen, Mélusine Mayance, Delphine Chuillot y Arnaud des Pallières
En Michael Kohlhaas (competición oficial) el realizador francés Arnaud des Pallières adapta la novela de Heinrich Von Kleist sobre la rebelión de un hombre contra su propio gobierno -ayer corría la broma en la Croisette de que esta era la película sobre "el primer indignado"-, tras verse vejado por el barón de la región al, primero, robarle y maltratar a dos de sus caballos y, posteriormente, asesinar a su mujer. Con Mads Mikkelsen como intachable protagonista principal -el año pasado el actor danés ganó el Premio a la Mejor Interpretación por La caza-, des Pallières trata de acercarse al canónico texto deconstruyendo aquellas partes que más le llaman la atención: centrándose más en la encrucijada ética a la que se enfrenta un hombre devoto al protestantismo luterano al causar tanto derramamiento de sangre que en la propia sangría en sí. Un ejercicio de depuración que consigue, al mismo tiempo, darnos lo mejor y lo peor de una cinta que va de más a menos; en lo positivo nos encontramos con una magnífica representación de la rebelión -el asalto al castillo, el ataque a campo abierto entre dos tropas-, en lo negativo, al letargo de las conversaciones entre Lutero (Dennis Lavant) y Kohlhaas y el propio devenir de la cinta en sus últimos compases. Siempre quedará Mads Mikkelsen para soportar ese tremebundo primer plano de su rostro segundos antes de que aparezcan los títulos de crédito.
La última película a competición del festival ha resultado ser la mejor. Y eso que hemos tenido un nivel de lo más alto este año -Payne, Coen, Kechiche, Winding Refn (pese a los haters), Sorrentino-, aunque lo realmente potente iba dentro de la sección Un certain regard -Pahn, Guiraudie, Diaz, Zlotowski, Franco (ésta sólo me gusta a mí), Lanzmann-, lo cual da como media del festival un alto número de películas realmente potentes. Pero es que ha tenido que aterrizar Jarmusch (tras pasar por el Primavera Sound) para acabar de rompernos la cabeza con su magistral Only Lovers Left Alive. Una película de vampiros rockers, apasionados por la literatura -hay una secuencia dedicada exclusivamente a mostrar páginas de libros que hubiera hecho llorar a Truffaut-, la música y la ciencia (con Nikola Tesla en primera línea). A modo de comedia extraterrestre, la película ha redefino el subgénero vampírico -los humanos son tildados de zombis, la sangre se bebe en chupitos y coloca como la marihuana, y nada de morder, se busca la mejor calidad directamente de los hospitales- convirtiéndose en un relato dandy, estiloso y vibrante, plagado de homenajes (e insultos, según a quién le toque) a diestro y siniestro. Vamos, la mejor película de Jarmusch desde Dea Man. Casi nada.
Música de fondo: Jim James
Alejandro G.Calvo
+ Todas las crónicas de Cannes 2013 by Alejandro G. Calvo
Día 1: Los fuegos de artificio de 'El gran Gatsby' sirven de chupinazo de salida del festival.
Día 2: Las ladronas pijas de Sofia Coppola dan la nota en 'The Bling Ring'.
Día 5: Los hermanos Coen ovacionados por 'Inside Llewyn Davis'.
Día 6: James Franco da la sorpresa con 'As I Lay Dying'.
Día 7: El show de Michael Douglas en 'Behind the Candelabra' apunta a premio.
Día 8: 'Only God Forgives', de Winding Refn y Ryan Gosling, todo un manjar de puñetazos.
Día 9: Cannes 2013 vive su mejor jornada con 'La vie d'Adele' y 'Nebraska'