En un hotel de París cercano a los Campos Elíseos, Phil, Stu y Alan, es decir, Bradley Cooper, Ed Helms y Zach Galifianakis, los simpáticos protagonistas de la saga Resacón en Las Vegas, nos reciben sobrios y sin resaca para dar cuenta de la tercera y última entrega de la franquicia: R3sacón (The Hangover Part III).
R3sacón es la película menos divertida de la saga, pero también es la más emocional, la que mejor explora las relaciones entre la pandilla de amigos. ¿Tuvisteis esa impresión al leer el guión?
Ed Helms- Creo que... Sí, en efecto, tienes toda la razón. La dinámica entre nuestros personajes es más complicada. Y, a diferencia de las películas previas, aquí hay una tragedia personal que le sucede a uno de los protagonistas. Y esto es mucho más emocional, claro. Y lo cierto es que, aunque incluso todo acabe siendo un viaje con situaciones algo tontas y ridículas, lo que Alan lleva encima es bastante triste y complicado.
Así pues, ¿podemos por fin dar por hecho que Alan está loco?
Zach Galifianakis- Sí. Alan tiene problemas con su vida. Y la tercera película tiene que ver con enfrentarse a esos problemas. Y sí, en ese sentido, creo que es la menos divertida. Todd quería de manera muy consciente llevar la película hacia terrenos más oscuros y no volver a hacer lo que el público podía esperar.
En R3sacón, Alan y Mr. Chow son casi como almas gemelas: no pueden vivir juntos, pero tampoco el uno sin el otro. Zach, ¿qué crees que tienen en común los dos personajes?
Ambos tienen en común que son incapaces de procesar lo que les sucede: dicen lo que quieren decir, viven como quieren vivir. Creo que lo que les une es la libertad, los dos se sienten inmensamente libres.
¿Veis esta tercera película como una montaña rusa para el espectador?
ZG- Bueno, pasan muchas cosas en este filme. Hay mucha acción. Creo que sí, de una manera es una montaña rusa.
¿Tiene todos los ingredientes de las dos películas?
Bradley Cooper- Bueno, los ingredientes son los protagonistas. La historia de esta tercera cinta es completamente distinta a las otras dos.
Sabemos que esta tercera entrega no comienza con una resaca…
EH- Esta tercera peli es la mega resaca de las dos películas anteriores. Porque estamos pagando deudas de las decisiones que tomamos en Resacón en Las Vegas y Resacón 2. No se bebe, pero, de hecho, toda la cinta es un mal despertar de las otras dos entregas.
En última instancia, la franquicia Resacón en Las Vegas celebra la amistad. ¿Hasta qué punto os ha unido como colegas esta saga?
BC- Nos ha unido bastante. Todos nos sentimos muy agradecidos por haber podido trabajar juntos y, de hecho, es tan especial poder tener un vínculo tan familiar con tus compañeros de reparto y se puede ver en cómo estamos trabajando una escena, y no estás viendo a cada uno de nosotros individualmente, sino que estás viendo al grupo. No es algo usual esa cohesión, ese poco individualismo. Y los tres nos hemos beneficiado de la saga, la hemos promocionado, hemos vivido el éxito de la franquicia y todo lo que la ha acompañado y lo que ha venido después. Estamos muy unidos. Y Todd está incluido en este vínculo.
¿Cuánto de importante es la franquicia Resacón en Las Vegas para vuestra carrera?
BC- Enorme. Nos cambió para siempre las vidas. Sin Resacón en Las Vegas no estaríamos aquí.
Bradley, ¿te resulta más fácil trabajar en la franquicia Resacón en Las Vegas que en otros trabajos a priori más complicados (El lado bueno de las cosas, Cruce de caminos…)?
No, para nada. Es genial sentirse en familia, pero la franquicia Resacón en Las Vegas no ha sido pan comido. Hay muchos retos, como en los otros filmes. No es fácil hacer una comedia. Para nada.
¿Cómo describiríais el tipo de humor de la franquicia Resacón en Las Vegas?
ZG- Hay mucha inocencia en el tipo de humor del que hace gala la saga. No hay nada malicioso en las cosas que suceden. Evidentemente, pasan cosas malas, pero necesariamente... No sé, los protagonistas son unos tíos majos que se meten en problemas y tal y como intentan salir de esos problemas, ves que son unos tíos legales.
¿Y cuál es el secreto de su éxito?
BC- Hay muchas cosas en la saga que la hacen irrepetible. Sobre todo, es muy única por la voz de su director. Empezando con la primera: Todd hizo algo que no se había hecho antes: una comedia que tenía un guión muy férreo, con una imagen muy potente y con unos actores no especialmente conocidos. Y todo esa bajo el amparo de un estudio. Y, coronándolo todo, el concepto: un arranque que partía de qué pasaba la noche después, no de lo que sucedía durante esa noche. Cuando estábamos metidos en esa película, nos preguntábamos en qué genero podía encajar…
La clave de todo esto es que triunfó y nos ha permitido llegar hasta esta tercera película y creo que esta tercera es un experimento más grande. Todd podía haber tirado por el camino fácil y repetir formato, y a la gente le podía haber gustado más o menos. Pero Todd vio este filme como una oportunidad para tratar de innovar. Y eso es algo que me gusta. Y diría que tanto Ed como Zach están de acuerdo conmigo. Hemos trabajado con un cineasta muy muy hambriento de cosas nuevas.
En R3sacón, Alan está sufriendo la crisis de los 40. Pero, ¿qué pasa con vosotros? ¿Cuál fue la última vez que os sentisteis como unos adolescentes y cuál la que os disteis cuenta otra vez de que sois adultos?
BC- Yo creo que salto de una edad a otra cada día. Espero no perder eso nunca.
EH- Quizá..., No sé, diría que cuando me mudé a Nueva York. Fui a la universidad en Ohio y cuando me mudé, me sentí super adulto. Y también en mi habitación pensé, buff, creo que no mola nada esto de ser adulto.
ZG- En mi caso, lo recuerdo muy bien porque fue cuando vi mi nombre en la agenda de teléfonos de mi madre. De repente, en ese justo momento pensé que quizá ya era mayor. Y la última vez que me sentí un adolescente… Bueno, me he sentido muy idiota esta mañana porque he tenido que llamar a recepción porque no sabía apagar la ducha.
R3sacón
Paula Arantzazu Ruiz