Los productores de Twiharder, la spoof movie que parodia a La saga Crepúsculo, han presentado una enorme demanda de 500 millones de dólares contra Lionsgate y Summit Entertainment (productoras de la saga original), alegando que ambas empresas han presentado una conducta "anticompetitiva" mediante un abuso de la Ley de Propiedad Intelectual.
La demanda, presentada por Between the Lines Productions en la corte federal de Nueva York, ocupa más de 219 páginas y argumenta que la distribución de la parodia, que se intentó coincidir con el lanzamiento de La saga Crepúsculo: Amanecer - Parte 2, fue "obstaculizada por los acusados mediante una carta de cese que ahuyentó a sus distribuidores potenciales, a pesar de que los asesores jurídicos concluyeron que los creadores de Twiharder estaban en su derecho de seguir adelante con su proyecto pues no cometían ningún delito sobre la propiedad intelectual".
Los demandantes también afirman que Lionsgate y Summit Entertainment han registrado para su franquicia más de una docena de nombres en la oficina de marcas y patentes, "multiplicando de forma exponencial el número de posibles infractores y estableciendo un monopolio mediante el abuso de los derechos legales otorgados por la Ley de Propiedad Intelectual".
El pasado diciembre informábamos de un caso similar ocurrido con El Hobbit: Un viaje inesperado: Un juez de California prohibió el estreno de Age of the Hobbits, su consiguiente spoof movie, dándole la razón a Warner Bros. quien afirmaba que la parodia incumplía los derechos de autor y cometía un delito contra la propiedad intelectual. Spoof movies vs. blockbusters, la polémica está servida. Pero, ¿crees que las grandes productoras están en su derecho o abusan de su poder corporativo?
Andrés Orrego