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    Festival de San Sebastián Día 0: Campanella inaugura el certamen con 'Futbolín'

    El director de la oscarizada 'El secreto de sus ojos' abrió hoy las puertas de la Zinemaldia con la cinta de animación 'Futbolín'. Arrancan 8 días donde SensaCine por medio de sus corresponsales, Alejandro G.Calvo y Santiago Gimeno, te contará todo lo que se cuece en el Festival así que... ¡empieza la fiesta!

    ¿Y cuáles son los platos gordos de San Sebastián este año? Pues hay varios a tener en cuenta, como es habitual en este certamen, cada vez más condicionado por la cercanía de los Festivales de Venecia y Toronto, los podemos encontrar en las sección de Perlas (ya independiente de Zabaltegi). Allí podremos ver algunas de las películas más potentes del 2013, caso de Gravity de Alfonso Cuarón o The Wind Rises (Kaze Tachinu) de Hayao Miyazaki, así como otras que ya comentamos a nuestro paso por Cannes como Like Father, Like Son de Hirokazu Kore-eda, L'image manquante de Rithy Pahn o Un toque de violencia de Jia Zhangke. Dentro de la sección oficial la cosecha española es de lo más llamativa y sugerente, ya no sólo por el thriller psicológico en tonos gélidos que supone Caníbal de Manuel Martín Cuenca, sino por el excelente debut de Fernando Franco con su dardenniana La herida. También hay ganas de ver lo último de Denis Villeneuve -que está por partida doble en Donosti con Enemy y Prisioneros-, así como qué habrá hecho el veterano Bertrand Tavernier con la adaptación de la novela gráfica Quai D'Orsay. Vaya, que hay mucha tela que cortar -como las cuatro horas de la magistral Norte, el fin de la historia de Lav Diaz, vista en Cannes- y muchas películas que estudiar y disfrutar (no nos olvidamos de The Zero Theorem de Terry Gilliam, de Violet de Luiso Berdejo o de Gente en sitios de Juan Cavestany, etcétera). ¡Arranca la Zinemaldia! Y prometernos dejarnos en la piel en cada crónica. Ahora, hablemos de fútbol, hablemos de cine.

    El argentino Juan José Campanella (El secreto de sus ojos) debuta en el cine de animación con Futbolín (Metegol), una oda al deporte rey inspirada a su vez en el cuento "Memorias de un wing derecho" de Roberto Fontanarrosa. Simplona pero con fondo bonachón, la película narra las peripecias de Amadeo, un joven tan anónimo como su diminuto pueblo, cuya única pasión consiste en perfeccionar el 'toque' de sus simpáticos jugadores fabricados en plomo. Obsesionado con una derrota a manos de Amadeo cuando eran niños, el ahora popular futbolista Grosso regresa al pueblo con la única intención de vengarse. Para ello secuestra a Laura, el gran amor del protagonista, y hasta acaba retándolo a una pachanga definitiva. Y lo mejor de todo es que Amadeo no estará solo. Y es que Capi, el charlatán Loco, el presumido Beto y el resto de sus diminutos 'jugones' cobrarán vida como los Woody y Buzz de Toy Story.

    Tras un fantástico y tronchante prólogo, la mayor pega de Metegol -nombre original de la cinta- radica en que, pese a la tridimensionalidad exterior de sus criaturas, los personajes carecen de alma. Campanella intenta dibujar una metáfora sobre las ventajas de lo analógico sobre lo digital, y hasta introduce temas interesantes como el negocio detrás del fútbol, la corrupción política o la vanidad de los deportistas. Sin embargo, las leyes del 'cartoon' obvio y asequible se imponen al resultado final. La carcajada insustancial vence al conflicto y la moraleja acaba pareciéndose más a la clásica pantomima 'disneyana' que al ejercicio antropológico del que hace gala Pixar en títulos como Up, Wall-E o Los Increíbles. El peor resultado en un partido de fútbol es un empate sin goles y Futbolín, al fin y al cabo, está tan romo como las redondeadas cabezas de sus monigotes anclados a una barra de metal.

    Futbolín

    Santiago Gimeno y Alejandro G.Calvo

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