Fotograma del film Gente en sitios
¿Cuál es el sentido de la vida?
Primera pregunta… ¿No es en serio verdad? ¿Es una broma? Deja que lo piense… [minuto de silencio]¡El otro! Ese es el sentido de la vida: El otro. Por eso en mi película todos los personajes sufren tanto. Porque no logran empatizar con el otro.
¿De dónde surgió la idea para Gente en sitios?
Hubo varias ideas. Una de ellas arrancada de cuando hice Dispongo de Barcos, que es cuando empecé a hacer cine de una manera peculiar. Pero es en El Señor cuando veo una vía donde puedo sofisticar dentro de lo precario y lo pequeño. Es una película de lo más ermitaña, como si hubiese estado en una burbuja. Entonces en Gente en sitios me dije que tenía que salir a hablar con la gente, aunque fuera como un simulacro social. Hay otra explicación a Gente en sitios: hace un año asistí a un taller sobre Franz Kafka. Allí adapté piezas cortas de Kafka al teatro. Me hizo pensar por qué en la literatura funciona también el formato corto y por qué en el cine es tan problemático. Quise probar a hacer una película fragmentada, pero a la vez unitaria, que no tuviera un hilo conductor claro.
Tu película tiene cuerpo de comedia aunque deja tras de sí un sentimiento bastante desasosegante.
Siempre querer algo, nos cuesta algo. El que no quiere nada es como un vegetal, y el que sí quiere algo y lucha por conseguirlo, me parece alguien entrañable. Pero también tiene algo trágico, que es lo que nos mueve para solucionar las cosas. En estos momentos que vivimos, lo lógico ya no importa, todo es broma. Ana Botella hace algo y nos reímos todos. Y es en medio de este caos en el que debemos preguntarnos ¿Cómo me comporto?, ¿cuáles son mis valores?
El humor de Gente en sitios tiene ese toque de vergüenza ajena que te incomoda profundamente. Es algo que ya hemos visto en personalidades como Ricky Gervais o Sacha Baron Cohen.
Empecé con The Office, y el personaje de Ricky Gervais me fascinó. Pero mi referente es Louis C.K., me parece mucho más interesante. En su serie existe el equilibrio entre lo dramático y lo cómico, siempre toca un nervio de lo que nos pasa a los seres humanos. Parece una comedia y te deja realmente tocado, te hace pensar sobre ti mismo.
¿Cómo planteas el estreno de Gente en sitios? ¿Seguirás la estela de El señor?
No, tengo un poco más ambición con esta película. Hemos estrenado Gente en sitios en Toronto y ha gustado mucho. Sabemos lo difícil y arriesgado que es estrenar una película, pero quiero que se sepa que esta peli existe. Iremos a donde sea para promocionar Gente en sitios, pero por el camino se nos tiene que inventar algo nuevo para llamar la atención. Paco León se inventó algo que le salió muy bien, pero no soy Paco León. Debemos reinventar el mecanismo de distribución, intentar venderla fuera, a las televisiones… Tanto Dispongo de barcos como El señor me las hice y me las guisé yo solo e hice lo que pude con ellas, aunque a largo plazo han calado entre la gente.
¿Tanto valoras el estreno en salas?
No rechazo los estrenos, me encantan, pero no queremos vender la película de cualquier manera. Algo tiene que cambiar, y lo tenemos que cambiar los que hacemos películas. Sé que no hay dinero, pero tampoco puedo ponerla en Internet o subirla a Youtube.
En cuanto a los actores, ¿cómo contactaste con ellos?
Son todo colaboraciones. Fui gradualmente llamando. Tenía medio guión en el cajón, eran fragmentos y notas hechas sobre la marcha. Según iba viendo las escena pensaba en a quién podía preguntar y le localizaba. Les contaba el proyecto y, sorprendentemente querían participar. Hay de todo, actores conocidos, gente que no ha visto mis películas, amigos... Y, por algún motivo, todos dijeron que si. Lo que está claro es que la gente quiere trabajar.
El hombre que aparece en la película que no sabe andar te lo encontraste en la calle, ¿Cómo fue?
Si. Raúl Jiménez, que es el actor que le enseña a caminar, es camarero en la vida real. Fui hasta su lugar de trabajo, y al lado había un vagabundo al que le ofrecimos colaborar. Aceptó y lo entendió perfectamente. Me gusta ver como los tópicos se caen.
Me dala sensación de que esta serie de micro-historias acaban creando un retrato satírico de la sociedad española.
Es curioso, porque no surge con esa intención. Cada persona que ve mi película, ve algo distinto. Y lo que me comentas, no es una intención, pero sí es un efecto, uno de los hilos conductores que yo esperaba que estuvieran sin haberlo planteado al principio.
Gente en sitios
Alejandro G.Calvo y Kevin Tuku