Cada vez que vamos al cine, los espectadores tenemos que tragarnos al menos 15 minutos de anuncios antes de ver la película por la que hemos pagado. Los expertos en márketing utilizan desde la manida repetición de eslogan hasta sesudas técnicas psicológicas para asegurarse de que no nos olvidamos de su marca. Pero de acuerdo con un nuevo estudio, todos esos 'trucos' no sirven de nada si la persona en cuestión está masticando palomitas durante los anuncios. ¿Te lo puedes creer?
Investigadores de la Universidad de Colonia, en Alemania, acaban de descubrir que masticar interrumpe nuestro "diálogo interior", algo que se produce cuando escuchamos el nombre de una persona o compañía y al que reaccionamos moviendo nuestros labios y lengua para simular la pronunciación de ese nombre. Lo hacemos sin ni siquiera darnos cuenta y para que recordar sea más sencillo.
En la primera etapa del estudio, los investigadores preguntaron a 96 personas sobre una serie de anuncios. A la mitad de los participantes se les dio palomitas, y a la otra mitad no. Como consecuencia, aquellos que comieron palomitos no sufrieron ningún 'impacto' a causa de la publicidad. Durante la segunda etapa, 118 personas recibieron una cantidad de dinero para comprar una loción hidratante de entre seis posibilidades y después donarla a una ONG de entre otras seis opciones. Y antes de la prueba, los 118 individuos vieron 'spots' en los que se anunciaban tres de esas lociones y tres ONG. Una vez más, los que masticaron palomitas eligieron los productos al azar mientras que el otro grupo seleccionó marcas y ONG de los mensajes publicitarios visionados.
Santiago Gimeno