Noé (Noah), la película sobre el mito del diluvio universal que prepara Darren Aronofsky está sufriendo su propia tormenta. Según publica The Hollywood Reporter, las desaveniencias entre Aronofsky y Paramount Pictures son de proporciones casi bíblicas a causa del tono de la película, poco adecaudo al tema, sagrado, que trata.
Al parecer, en los primeros pases de la película ofrecidos al público potencial, el trabajo apenas ha gustado. Se realizó un primer pase en Arizona a una audiencia escogida por sus creencias cristianas y el filme no agradó. Sucedió lo mismo con un público creyente en la religión judía, en Nueva York. Un tercer pase general en California ofreció los mismos resultados. Es decir, ni a cristianos ni a judíos ni al público medio les ha gustado Noé.
Desde Paramount Pictures temen que la película sea tomada como blasfema y lamentan que Aronofsky no tenga en cuenta la opinión del estudio. "Darren no está hecho para las majors", ha declarado una fuente consultada por The Hollywood Reporter. "Es muy desdeñoso, no le preocupa la opinión de Paramount".
Por el momento, parece que Aronofsky quiere segir teniendo el control del trabajo y no piensa ceder ante el estudio. La cinta, ha de estrenarse en marzo de 2014, pero un hipotético remontaje podría retrasar su estreno. Noé es una de las grandes superproducciones del año, con una inversión inicial de unos 125 millones de dólares; una cifra muy superior a los 13 millones de dólares que suele manejar el cineasta en sus trabajos.
Paula Arantzazu Ruiz