El actor francés François Cluzet fue el protagonista de la exitosa película Intocable en la que interpretaba a Philippe, un hombre multimillonario que tras un accidente queda en silla de ruedas. En esta ocasión interpreta a un profesional de vela en el primer largometraje de Christophe Offenstein, En solitario. Participa en la carrera Vendée Globe, una de las más duras y arriesgadas, para dar la vuelta al mundo. Su ambición por ganar quedará en un segundo plano cuando en Canarias sube a su vela Mano Ixa. El chico le acompañará durante toda su aventura olvidando la oportunidad de su vida de ganar la carrera por una cuestión de superación humana.
Después del éxito de Intocable, era difícil elegir otro papel ¿qué es lo que le motivó para elegir este proyecto?
Es más fácil continuar después de un éxito que después de un fracaso. Hacía falta una película con un director auténtico que tuviese sentido del intercambio. Conocí a Offenstein, el director, porque era director de fotografía de las películas de Guillaume Canet. Había hecho dos películas con él y sabía que era alguien con mucho valor, alguien muy interesante. Entonces, cuando me dijo que había escrito la película pensando en mí, leí el guión esa misma noche y le dije a la mañana siguiente: "Sí, quiero hacer tu primera película". Había un desafío para interpretar a un deportista de alto nivel con una revolución mental en la cabeza: un tipo, que tiene la oportunidad de su vida, sustituye al patrón de barco número uno porque se rompe una pierna. Se encuentra en una situación corneliana en la que tiene que elegir qué victoria es más importante a sus ojos.
El tema de la película es la famosa carrera Vendée Globe.
Así es, pero aunque la carrera exista, el personaje no está inspirado en una historia real. No existe un marino al que le haya pasado todo esto. Es una sucesión de hechos que han ocurrido a bordo de los barcos durante todas las regatas del mundo. Por ejemplo, cuando te desvían de tu rumbo para ayudar a otro participante porque su barco ha volcado. Como decía anteriormente, es la oportunidad de su vida porque normalmente no debería participar y ahora se encuentra ante el timón de este barco. Se tenía que encontrar el peor escollo que pudiera existir para que hubiera dramatización y se pudiese hacer cine. No podía ser que su barco volcara porque lo habrían salvado y ya no habría película.
La peor situación, puesto que esta regata se hace en solitario, es que alguien subiera a bordo, y si alguien sube a bordo lo descalifican, lo que hace que tenga que tomar una decisión espantosa. Por lo tanto, la historia del chico que se sube a bordo es una invención. ¿Qué hago con esta persona? ¿La tiro al agua? Durante la película no puede desembarcarla porque el viento es desfavorable y tiene que recuperar una buena posición en la carrera, luego porque le desvían de su rumbo, luego porque un participante ha volcado... Sin querer desvelar el final de la película, este tipo va a cambiar una buena posición por un desafío humano. Una historia de confrontación con el joven, de cuestionamiento personal ¿qué victoria voy a elegir? Parte con una ambición precisa que representa toda su vida y tiene que elegir entre ganar la carrera o salvar al chico. Es una superación personal y muy íntima.
El rodaje ha tenido que ser duro. Me ha llamado la atención que no lleva chaleco salvavidas y eso tiene que ser peligroso para alguien que no está habitualmente en un barco.
Era un poco peligroso y eso también era excitante. Estaba la aventura que cuenta la película pero también estaba la aventura dura para nosotros. Éramos 18 personas a bordo y no era fácil porque estábamos todos demasiado juntos. Había muy poco espacio para moverse. Exigía mucha generosidad y mucha concentración, aunque para nosotros los actores, no teníamos ninguna posibilidad de aislamiento de concentración. Pero todos estos condicionantes forman parte de la aventura y la enriquecen. Lo que quiero decir sobre el hecho de ir atado o no, es que la mayor parte de los patrones no se atan porque pasan del interior al exterior y tienen que ser muy rápidos en cambiar una vela, bajarla, subirla, cambiar cosas de la navegación automática… Pensamos en no atarnos porque queda un poco turista y si buscas la autenticidad es mejor no atarse. Durante la promoción en Francia me preguntaban "¿no ibas atado?" Y yo decía "no" por las mismas razones que te estoy contando. Luego un día los patrones nos dijeron: "evitad decir que no estáis atados porque eso es un gran problema para nosotros que no nos atamos aunque todo el mundo, y sobre todo nuestras familias, lo creen. La federación insiste que los marinos se aten porque, evidentemente, hay muchos muertos cuando no están atados.
Cuál es su relación con Guillaume Canet porque es la tercera colaboración que hace con él, ha hecho No se lo digas a nadie y Pequeñas mentiras sin importancia. ¿Qué representa Guillaume Canet para usted?
Mi relación con él es una relación de excelencia. Parece un poco pretencioso decirlo, pero para él soy el mejor y para mí él es el mejor, estamos muy contentos con ello. Me gusta mucho trabajar con él porque es un gran director que también es actor, por tanto, sabe muy bien lo que puede pedir a los actores y lo que no. Siempre estoy contento de trabajar con él porque es un tipo muy exigente, es un gran trabajador y se puede tener una gran conversación con él sobre el guion. Por ejemplo, un personaje llora tres veces y digo: para mí sería mejor si no llora hasta el final y se funda en lágrimas. Y dice: "sí, sí tienes razón". Entonces, el día que rodamos había que estar a la altura y lo conseguí porque las emociones no se dictan con la cabeza, hay que utilizar un instrumento fiable que tu cabeza le pide al corazón que se emocione. La cabeza le decía al corazón hace seis meses: "te estoy diciendo que ahora es cuando tienes que emocionarte. No te pillo despistado, si no que desde hace seis meses te lo digo y ahora es el momento". Trabajo mucho con él porque siempre me confía papeles que son un poco los dos polos: las películas de sentimentales y películas cómicas porque es muy sano para el ego hacer el ridículo y es estupendo poder hacer reír a la gente. La próxima película la haré con él.
La película Intocable lideró la taquilla española durante dos semanas, en Francia obtuvo un rotundo éxito y a nivel mundial recaudó más de 300 millones de dólares ¿cómo lo vivó?
Hablas como los americanos, das primero el dinero [risas]. Ha sido una suerte que la película fuera buena. Si hubiese hecho dos millones de espectadores en Francia ya hubiéramos estado muy contentos. Habríamos tenido la sensación de que la película ha tenido una buena carrera y habría sido formidable. No sé el dinero que ha ganado, me lo estás diciendo tú pero creo que más de 50 millones de espectadores en el mundo. Para mí es una suerte enorme haber tenido un gran éxito como este. Al venir aquí me estás hablando de Intocable y así la gente a través de vuestros artículos, va a poder visualizar quién es el actor aunque no se acuerde de mi nombre y dirá "es el tipo que viste en una silla de ruedas de Intocable". Parece ridículo pero está muy bien. Da igual donde vaya, los periodistas siempre me preguntan por esta película y eso me hace feliz. Lo peor hubiese sido que me hablaran de una película que ha tenido éxito pero que ha sido un bodrio. Sin embargo, esta película es buena.
En solitario
Naila Sánchez Cuenca